En el  comienzo  era la danza y el verbo la siguió   Danza, arte primigenio, expresión vital  de todas las culturas,  influenciada por la historia y las costumbres, mundo del  pasado  presente y  futuro ha sido uno de  los más importantes medios de  comunicación en la vida de relación  entre los seres humanos.    Sensación de  plenitud y alegría, vibración interna,  impulso vital y  goce espiritual. Danza de  solistas, parejas y grupos, para celebrar    el encuentro con otros cuerpos, capaz de albergar  la diversidad  cultural  de todo el planeta. Danza comunitaria,  influenciada por el  saber popular de cada pueblo, cualquiera sea su forma,  produce en  quienes la realizan un goce sensual, conectado fuertemente con la  vida  en  un presente no fragmentado. De esta  danza se nutre la   Danza  Integradora. Todos los pueblos de las distintas  culturas danzaron, para  comunicarse con los dioses, como una  manera de unir lo terrenal y lo  divino lo  sagrado y lo profano, una posibilidad de encuentro con otros y  con uno mismo  para trascender lo cotidiano, un camino   de   aprendizaje e integración, de  amor  a la vida, a las similitudes  y a  las diferencias.              La Danza   Integradora, (D.I.) desde esta visión, es una  modalidad de la  danza que reúne a  personas  con  y  sin  discapacidad, de distintas  edades, formaciones y jerarquías, desde sus  posibilidades   y   limitaciones, permitiendo  desarrollar el lenguaje del movimiento y la  expresión corporal, creando nuevos  códigos de comunicación, desde la  unidad del ser.   La noción de ñande-reko traducida  del   guaraní como “nuestro modo de  ser   y estar”  bien puede  asociarse al concepto de  Danza Integradora  como modalidad  del arte de  la danza,  ya que pretende devolver al   ser humano su propia naturaleza, la búsqueda de su propia manera de ser  y  estar, expresando su propio mundo.   Una particular filosofía que valoriza al  ser humano  como un  microcosmos dentro de  la complejidad del macrocosmos, que significa   y  da sentido al cuerpo, como un universo dentro del universo,   construyendo un mundo de  interrelaciones  a través de una ética, que  considera el respeto y la afectividad como  fundamentos   constitutivos  de la identidad, e incluye   a otros cuerpos, no reconocidos desde la  estética convencional.               La Danza  integradora tiene una visión no convencional de lo  estético, pretende  que cada persona descubra al bailarín y al  artista que lleva dentro,  más allá del cuerpo que habite. Cuando  se tiene un cuerpo que no  responde a los  cánones de belleza impuestos  por  la sociedad de  consumo y desde su nacimiento,  enfermedad o accidente se lo ve  incompleto,   deforme o limitado en sus posibilidades de movimiento y  pensamiento, se  lo discrimina socialmente y el ser se siente  quebrantado. Cada ser humano  tiene   un cuerpo y una historia digna de  ser contada, es en sí, un producto  artístico elaborado en el largo  proceso de   la evolución de la humanidad. Rescatar la capacidad dormida  y  convertirla  en arte,  es transformar  a la persona con  discapacidad en un artista,  para que pueda expresar todos los colores  de su mundo interno, ampliando los niveles  de comunicación y  trascendiendo los límites del cuerpo físico. Desde las  limitaciones  transformadas en posibilidades,  se busca un trabajo integrador, que  valora lo que parece torpe o descontrolado,  incluyéndolo en la danza  como una calidad rica de movimiento  a explorar, que enriquece la danza y  hace de  lo pequeño, algo inmenso y maravilloso. El acento está puesto  en lo existente,  no en lo que  falta. Los límites físicos,  mentales,  sensoriales o emocionales, no son vistos como techo, sino como piso,   para empezar a construir, convirtiéndolos en un producto  estético de  la  vivencia personal. Implica un cambio en la  manera de mirarse y  mirar al otro, un reaprender de las propias dificultades y  una escucha  atenta, para decodificar los pequeños gestos y enriquecer el caudal   expresivo, aprendiendo del misterio de cada cuerpo.   Se baila con todo lo que se  es, desde   lo mucho o poco que se  tenga.Se  incentiva  hacia el movimiento cargado de  significado,  a  partir del las  potencialidades de cada uno de los bailarines, desde el   conocimiento de sus posibilidades y  limitaciones, valorizando tanto el  proceso creativo como el producto desde  todas las características que  hacen a lo humano.   No se trata de buscar una única forma,  sino que cada uno busque su  propia forma, siguiendo consignas amplias y  concretas, a las que  cada  uno  responde en forma auténtica desde su  posibilidad.   El pretender  llegar desde la improvisación a la  composición  y a la  realización de un  espectáculo, incluyendo a personas con discapacidad  en el escenario, nos  propone cambiar la mirada hacia una nueva  estética  y enseñar   a crear nuevos públicos, facilitando la  construcción de una nueva  conciencia, seleccionando y plantando nuevas  semillas, para gestar raíces sólidas  hacia un futuro comunitario,  enriquecido por el exquisito sabor y el aroma de  la diversidad.              Un  inicio  impensado El accidente  deportivo de un hijo de 14 años, en  1988, quien pasa a integrar las listas de  los llamados discapacitados  motores, marca en mi vida un cambio de 180º en la  manera de comprender  la naturaleza y la necesidad del movimiento humano, la  expresión  corporal, y la danza, abriéndome un campo nuevo de investigación,  búsqueda  y experiencias hasta entonces desconocidas. Fui tomando  elementos de  las técnicas aprendidas, Sensopercepción,  Eutonía,  Feldenkrais y Bioenergética, que iba probando a medida que sucedía su   recuperación, como también, métodos de masaje, reiki, visualización,   meditación  y actividades expresivas.   Después de dos años de intensa  rehabilitación, sin dejar de lado   nada  de lo  que podría ser bueno  para seguir mejorando, me llamó   poderosamente la atención  un afiche colocado en la Escuela Nacional  de  Danzas, donde trabajaba como Prof. de Expresión Corporal, que proponía  Danza  Integradora en Silla de Ruedas. Allá fuimos con Demián Ariel,  de  16 años, sin saber, que ese seminario  sería el comienzo de un nuevo  camino en nuestras vidas. En enero de 1991 fuimos  invitados por la Dra.    G.Krombolhz  dictante  de aquel hermoso e intenso seminario, quien  me   impulsó para que desarrolle esta actividad en mi país, al Festival   Internacional de Danza Integradora en Silla de Ruedas realizado en  Munich,  donde  tuve la posibilidad de bailar un  tango y una milonga  con mi hijo en su nuevo estado,  frente a más de 300 espectadores de  toda Europa,  siendo nosotros, los únicos representantes  latinoamericanos.Esta intensa y  movilizadora experiencia me marcó un  nuevo rumbo profesional.              1991- Comienzo   de la Danza Integradora  en la Argentina. Comencé a dictar clases ad  honoren en el Hospital Nacional  de Rehabilitación, luego en el Hospital  M. Rocca y en el Hospital San Juan de  Dios y  en otros espacios  del  área educativa.   En 1996   creé el “Grupo Alma, actualmente considerado la primer  Compañía de Danza  Integradora, con el que vengo trabajando desde lo  artístico, con la firme  convicción de que ocupe un lugar en la red de  espectáculos culturales. Al  comienzo llamé a lo que hacía Danza  Integradora en silla de ruedas, pero  en una de las presentaciones del  grupo, dos  personas del público, se acercaron y me preguntaron porqué  ponía silla de  ruedas, si en realidad, se veían bailarines y la silla  de ruedas estaba en  segundo plano. Desde ese momento llamo a este  quehacer Danza Integradora  (D.I.).   Un camino de 15 años de recorrido, de  experiencia  e investigación,  abriendo  espacios  en el campo del arte,  la educación, la salud y la  discapacidad, de  avances lentos y algunos retrocesos me ha permitido  afianzar esta actividad en  la que me encuentro totalmente  comprometida.   Mi formación en  las artes del  movimiento, la   pedagogía de la Expresión Corporal  Danza, Educación por el Arte, Juego y  Creatividad, Contact, Improvisación,  Movimiento Auténtico, Composición  y mi capacitación en Bioenergética, Danza  Terapia, Danza Ability,  Ritmo,  Música y  Canto terapéutico  me habilitó para crear  una  metodología que se adapta a cualquier persona que quiera bailar,   incluyendo todos los colores de la diversidad. El  entrenamiento como  psicóloga social, me  brindó a su vez, las herramientas necesarias para  la conducción de grupos  diversos.   El   largo camino  transitado en el  campo de la educación, el arte y  la salud,   es el  resultado de un trabajo  profesional comprometido,  como bailarina, docente, coreógrafa, directora de  distintos  grupos y  de mis profundas  vivencias con mi discapacidad transitoria y la de  mi    hijo mayor, discapacitado motor por accidente.   He desarrollado  la capacidad de resiliencia, saliendo  fortalecida y  transformada de cada adversidad y una línea de investigación del  arte  del movimiento y la salud a través de una metodología propia que parte  de  una premisa; “Cada ser humano tiene derecho a expresarse desde lo  que le fue  dado, un cuerpo que representa a su ser”.   Ese cuerpo completo, armonioso,  lleno de posibilidades; o incompleto,  con  hipertonía o hipotonía, tembloroso, con o sin silla de ruedas,   prótesis o bastones, con problemas de visión,  audición, coordinación o  equilibrio, con inhibiciones y máscaras creadas para  ocultarlo,  manifiesta a una persona, sujeto de derecho y de deseo, que  puede  recuperar la alegría a través de la  danza.               ¡Gracias  Maestras! He sido privilegiada  al tener tres docentes de alma,  pioneras y creadoras en sus búsquedas, a  quienes considero mis   principales maestras, ya que han dejado en mí  una brecha importante  para seguir investigando. Patricia Stokoe, creadora de La Expresión  Corporal,  una Danza, al alcance de todos, de quien atesoro una  riquísima metodología ,  Ana Itelman, coreógrafa y directora, pionera de  la Danza Teatro, de  quien aprendí de la disciplina y el arte de la  composición y Gertrude  Krombolhz, que me enseñó que se puede bailar  desde una silla de ruedas,  festejando la vida desde  una danza  compartida  y me impulsó a difundir esta actividad en mi país.   Con todo este bagaje, comencé a dar  talleres y seminarios  en Buenos  Aires,  interior y congresos en el exterior con el precepto “Todos  Podemos bailar” y espectáculos con el “Grupo Alma”  contemplando la inclusión de las personas con  discapacidad en el  área de las Artes del Movimiento y la Danza, intentando  transformar los  prejuicios y los modelos de pensamiento estancos que frenan el   ejercicio de la libertad corporal, intelectual y emocional creando  espacios de  reflexión y acción para el autoconocimiento   y la  integración de la diversidad.               1996-Creación del   “Grupo Alma”, primera compañía   argentina de  Danza   Integradora,  semilla germinadora del  proyecto “Todos  Podemos Bailar”,   colabora en la difusión del  mismo,  intentando  sensibilizar y   concientizar  desde sus  espectáculos,  sobre la temática de los   DD.HH., la Integración,  el Arte y la Discapacidad.  Pionero en esta  modalidad de la danza, formado por bailarines en silla de  ruedas  y  bailarines profesionales, ha  contribuido con sus numerosas  presentaciones, al desarrollo de  una nueva concepción de la danza y a  cambiar  la mirada del público sobre la discapacidad. Desde hace más de  diez años,  viene ofreciendo su obra, en distintos escenarios de  Capital Federal, Buenos  Aires, provincias del interior, Chile y  Uruguay. Sus espectáculos han sido  declarados de Interés Cultural por  el Senado de la Nación y por la Cámara de Diputados de la Prov. de Santa  Cruz. Está  avalado y reconocido por AMIA, IUNA,CONADI, la Fundación  Artistas  Discapacitados, Kiné y por el Consejo Provincial para las  Personas  Discapacitadas de la   Provincia de Bs. As.   En la actualidad, diversas compañías de  danza en el mundo, con muy  alto nivel, incluyen a personas con discapacidad en  sus elencos.  En   nuestro país, existen iniciativas en el  ámbito educativo y terapéutico,  pero son muy pocos  los grupos   que  trabajan  en la búsqueda de un  nivel  artístico, integrando a bailarines  profesionales y amateurs con  personas con discapacidad física en la escena.              Desde el 2005,   apadrinado por León  Gieco, el Grupo Alma  compartió escenario  con el mismo, bailando el tema “Memoria” en las presentaciones   realizadas en el Quilmes Festival Rock, en el estadio del Club  Ferrocarril  Oeste,  en las funciones del teatro  Ópera, en Casa de  Gobierno, el cierre del Festival de Cosquín en Córdoba, en  el Luna  Park, en los 20 años de Página/12 y en diversos teatros de Capital   Federal.              Integrante del   proyecto  ”Mundo Alas”  que dirige León Gieco, ha realizado  la  primer gira nacional y  la primera etapa de la  filmación   de la  película que se estrenará en 2008.              Sus  obras  “Sin  Distancias” y “En Ruedas del Amor”, proponen   ampliar la   mirada del espectador, hacia el tema de la danza y la  discapacidad  y  derribar   los  prejuicios  que la sociedad   generalmente tiene sobre el uso de la silla  de ruedas, resignificando  su simbolismo.   Presentan al  amor, como valor  universal, que  dignifica a las personas más allá de sus diferencias, un derecho  a  defender que enriquece la vida haciéndola trascendente.              2003- “Todos  Podemos  Bailar” ocupa un lugar en el Departamento de Artes del  Movimiento del IUNA. Como profesora  titular de Expresión  Corporal del IUNA, Departamento de Artes del Movimiento,  desde su  creación, presenté  el  proyecto  “Todos Podemos Bailar”  en el 2002,  que  fue   aprobado y puesto en funcionamiento en el Departamento  de    Artes del Movimiento en abril de 2003, avalado por importantes   instituciones del ámbito del Arte, la   Salud y la   Educación    Con el apoyo de  Olga Nicosia codirectora del proyecto, y  amiga  incondicional, organizamos talleres, seminarios, paneles y muestras con   el grupo artístico y Grupo Alma. Creamos un espacio  comunitario de  inclusión y diversidad de la  danza, en una institución pública, que se  dedica a  formar profesionales y artistas, con  gran repercusión en la  comunidad educativa y  trascendencia para las personas discapacitadas y  sus familias. No es lo  mismo  llevar la danza  a centros de salud o   rehabilitación, que integrar a personas con  discapacidad en un espacio  donde se cultiva el arte de la danza. Consideramos  que las personas  con discapacidad, deben  tener acceso a lugares comunes de danza, con  igualdad de oportunidades para  todos.   En 2004, la entonces Decano Directora Silvia  César propone en un  panel que organizamos sobre arte y discapacidad, coordinado  por Julia  Pomiés,  la creación de la  cátedra Danza Integradora, con ferviente  adhesión del público presente y el  compromiso formal de aval de  los   panelistas presentes, directores de importantes instituciones del país,   de distintas esferas del arte, la salud y la  educación.   Es así que presenté el nuevo proyecto  que se aprobó  por unanimidad  del Consejo  Superior, dando origen a la nueva cátedra que se inaugura  en abril de 2005, con  Karina Iglesias  como adjunta y Carolina  Crusoe  como Jefa de Ttrabajos Prácticos formadas en los seminarios de DI,   realizados en años anteriores.              2005- Una  Cátedra Diferente. Danza Integradora es una cátedra opcional   para todas las carreras  del Departamento  de Artes del Movimiento del  IUNA, elegida por los alumnos que cursan las  carreras de Danza,  Comedia Musical, Expresión Corporal y Danza Teatro,  conformándose  grupos bien heterogéneos, cuyo fin común es aprender de las  diferencias  y ampliar su conocimiento sobre el tema de la danza, la inclusión y  la  diversidad, para enriquecerse como personas y futuros profesionales.   Se   pretende así, dar respuesta a la problemática social de la  integración  de la discapacidad, en el ámbito universitario y  comunitario y promover la  diferencia, desarrollando un sistema  artístico-educativo que incluya la  diversidad. Se busca la igualdad de  derecho a la educación, la cultura, el arte  y la libre expresión, desde  la   equiparación de oportunidades para todos, fomentando  el    concepto de arte, como transformación social.   La Educación solo puede modificar la cultura  reinante, en la medida  en que haya   proyectos políticos que hagan cumplir los derechos  sociales, que puedan  transformar el sistema educativo  en integrado  e  integrador y  ampliar la mirada  del paradigma   disyuntivo  y reductor  de la  igualdad a la equidad.   Según Edgar Morin, “es necesario desplegar la capacidad del  pensamiento complejo que nos  permite la aventura incierta del  pensamiento, cambiando el paradigma de la  fragmentación, por el de  nuevos modelos de integración.”   El nuevo paradigma, propone una  Educación que contemple la unidad y  la diversidad, lo individual y lo social,  cambiar la visión   unidireccional, hacia  un pensamiento multidimensional y complejo,  responsable y solidario en  búsqueda de una identidad que permita  restaurar la esperanza, hacia el progreso  de las relaciones humanas, la  comprensión, la creatividad y el amor.                Desde el nuevo   paradigma, no hablamos ya, de un discapacitado, sino de una  persona  ( del latín = per - sonare, para sonar,  para ser)  con   discapacidad, con derecho a existir con lo  que le fue dado, un cuerpo  propio, unidad biológica, psicológica, social y  espiritual que más allá  de las limitaciones, imperfecciones o faltas,  representa su ser.   Como docentes hemos sido formados para  atender grupos homogéneos,  pensando de antemano en mejores  resultados de aprendizaje, sin  considerar la  riqueza que nos ofrecen los grupos diversos, por  desconocimiento, prejuicios, o  miedo a equivocarnos.   Es   importante animarse a trabajar desde la diversidad,  asumiendo  los emergentes y cierto grado de  incertidumbre lo que nos permite ser  creativos, pudiendo desde  una mirada   abierta e integradora, dar  respuestas diferentes en cada situación que  se nos presente. La Ley    Federal de Educación Nº 24.195 nos propone: “Garantizar la  igualdad de  oportunidades evitando la marginación”.              2006- La Cátedra  está instalada y el  proyecto “Todos Podemos Bailar” presentado   como extensión de cátedra, fue seleccionado y subsidiado por el  Ministerio de  Educación Ciencia y Tecnología a través del Programa   Voluntariado Universitario. Con varios de los  alumnos que ya cursaron,  interesados en seguir aportando al proyecto, formamos  el grupo de  voluntarios que colaboran en la difusión del mismo. Los más  preparados,  continúan su formación en los talleres de D.I. del Hospital  M. Rocca,  abiertos a la comunidad,  coordinados por María Laura Vicenti y Demián  Ariel Frontera, integrantes del  Grupo Alma.              La Danza Integradora,  pretende desde la  participación activa de todos los estratos sociales,  crear fuertes cimientos  para una sociedad mas justa e inclusiva dándole  un cuerpo social real, al  principio de integración tan vapuleado.  Colabora a renovar el modelo mental, cambiando  dependencia y  paternalismo  por  independencia, y responsabilidad y competencia por  solidaridad. Promueve un  Arte sin barreras y una Danza para todos sin  exclusiones. Contribuye a  erradicar los prejuicios y las concepciones  erróneas que casi todas las  personas tienen con respecto a la  discapacidad, inhibiendo la diversidad  cultural y artística en el campo  de la   Danza   Propicia un cambio de mirada para que la  sociedad, trascendiendo el  ideal de perfección, completud y belleza, incluya a  otros cuerpos en la  danza y se enriquezca con ello. Fortalece la autoestima, y  la  identidad, facilitando desde un lugar de placer y disfrute corporal la   aceptación de lo que se es y lo que se tiene, dejando de lado la bronca y  la  impotencia por las pérdidas, construyendo sujetos resilientes,  capaces de salir  fortalecidos de situaciones adversas, aceptando el  pasado para enfrentar el  presente y preparar el futuro.   Cuando el cuerpo habla, y la mirada  conecta, los miedos desaparecen,  el contacto se hace fluido, la expresión se  manifiesta y la alegría de  compartir la danza, ilumina los rostros de los que  verdaderamente se  encuentran.    Como dice Edgard Morin: “El tesoro de la  humanidad está en su  diversidad creadora, pero la fuente de su creatividad está  en la unidad  generadora”.                            Bibliografía    Susana González Gonz,  artículos escritos en Kiné y en Uno Mismo entre  1994 y 2005.   Declaración Universal  de Derechos Humanos, y de los Discapacitados.  Naciones Unidas   Melillo Aldo Suárez  Ojeda, Rodríguez Daniel, Resiliencia y  Subjetividad, Paidós 2004.   Lowen Alexander El  Gozo, Septiembre 1994, La   Espiritualidad del  Cuerpo Paidós 1993.   Fromm Erich Tener o  Ser, Fondo de Cultura Económica 1978.   Lapierre A,  Aucouturier B, Educación Vivenciada, Barcelona  Científico Médica, 1997.   Morín Edgar, Los Siete  Saberes Necesarios para la   Educación del  Futuro. UNESCO Nueva Visión. 2001.                              |          
         
Hola chicos!! Felicidades por su blog!
ResponderEliminarLes escribo porque quiero recomendarles una página que puede ser de su interés, encontrarán temas sobre danza, teatro, literatura y cine. Chéquenla. Saludos.
http://www.cultura.unam.mx/