Con cerca de 130 mil visitantes culminó el domingo en el Centro Cultural Recoleta la 3era edición del Festival Ciudad Emergente. Las artes visuales y la poesía también fueron parte de un proyecto esencialmente musical.
Por: Guido Carelli Lynch
MUSICA INDEPENDIENTE. Les Mentettes Orchestra volvieron a tocar en Ciudad Emergente 2010. (YouTube)
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Si bien las bandas del indie porteño (Mad Professor y Divididos al margen), son siempre el principal motor del encuentro, las artes visuales y la literatura también tuvieron su lugar. Como una extensión de la muestra de arte y tecnología Fase 2, sobresalía la sala de arte digital interactivo, una disciplina que obliga al espectador a abandonar un rol pasivo y que corre al arte de una finalidad contemplativa hacia otra más lúdica. El media lab de los jóvenes referentes de Estado/Lateral desarrolló para la ocasión el V DOM , una plataforma de realidad virtual que fue manipulada sin parar por los espectadores/usuarios. A pocos metros, había una plataforma para editar videoclips en tiempo real. Más clásica y política era, en cambio, la muestra Coexistencia, que se expuso por primera vez en el Museo On The Seam de Jerusalén y que reúne la obra de 30 artistas de 19 países.
Los músicos también se animaron y, por eso, en frente de una obra de Nahuel Vecino se exponían pinturas de Alfonso Barbieri y Lucas Martí, entre otros rockeros. Y si la danza callejera es uno de los puntos más fuertes de Ciudad Emergente, no menos importante y convocante resultó la participación de los grafitteros, cuyos diseños vestirán hasta el próximo año las paredes de la terraza del Recoleta.
El mestizaje entre música y poesía defendió su lugar en la propuesta. Con más comodidades de las que acostumbran, nuevos valores tuvieron su espacio –el más under – de un evento que pinta para clásico.
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