El autor sueco, defensor de la causa palestina, estaba a bordo del  barco "Mavi Marmara", atacado hoy por el ejército israelí. Pese a muchas  versiones, ahora aseguran que no sufrió heridas y está a salvo.
   El autor de bestsellers sueco Henning Mankell es un socialista  convencido y un hombre controvertido. Hace tiempo que defiende la causa  palestina. Es por eso que apoyó la "Flotilla de la Libertad" no sólo con  palabras, sino también con hechos y se subió a uno de los barcos, el  "Mavi Marmara", que fue hoy tomado por asalto por el Ejército israelí.
Y  así es como, al parecer, se convirtió en testigo de la acción militar  contra la flota, en la que murieron al menos nueve personas.
Sin  embargo, según informó hoy el Ministerio del Exterior en Estocolmo,  logró salir ileso.
De esta forma, el ministerio rechazó las  versiones de los medios suecos según las cuales el autor de las novelas  policiales protagonizadas por el detective Kurt Wallander había  resultado herido por disparos.
Antes de que partiera la flota de  la organización "Free Gaza", Mankell había explicado que era tan  importante llevar víveres a Gaza como mostrarle a los palestinos que  viven allí que no fueron olvidados.
Para el escritor,  "solidaridad" no es una palabra hueca. "Solidaridad", según escribió  Mankell en la página web de la editorial alemana dtv, "significa actuar,  no sólo palabras".
Asimismo, escribió que ve "muchos paralelos  atemorizantes" entre la Sudáfrica bajo el apartheid y el conflicto en  Cercano Oriente. Según dijo, los palestinos necesitan ayuda. "La  situación es indignante sobre todo en Gaza; es como una cárcel al aire  libre".
Debido a su compromiso con la "Flotilla de la Libertad",  el escritor canceló algunos compromisos de la gira promocional de su  última novela "El hombre inquieto", en el marco de la cual iba a  presentarse hoy en Zúrich y el martes en la ciudad alemana de
Constanza,  según informó Christina Knecht, portavoz de la editorial Paul Zsolnay  en Múnich. "Actualmente no tenemos ningún contacto con el", señaló  Knecht a dpa.
Con el regreso de su famoso personaje, el inspector  Wallander, Mankell logró una edición que ya lleva 40 millones de  ejemplares vendidos y es con ello uno de los novelistas de literatura  policial más exitoso. La serie también fue adaptada exitosamente al cine  y a la televisión. En la versión del canal británico BBC, el actor
irlandés  Kenneth Branagh interpretó a Wallander.
Antes de dedicarse a  partir de fines de los 60 a las novelas y la dirección teatral, trabajó  en la Marina Mercante sueca. Primero escribió libros sobre el movimiento  obrero y trabajó como director, director artístico y autor de  teatros de provincia suecos.
Antes de la primera novela sobre  Wallander, en 1991, Mankell convirtió a Maputo, la capital de  Mozambique, en su segundo hogar. Allí vive hasta hoy en día la mitad del  tiempo, cuando no está en Suecia, y dirige el "Teatro Avenida" por él  fundado. "No sé por qué, pero cuando me bajo del avión en µfrica tengo  la extraña sensación de
que llegué a casa", escribió Mankell en su  página de Internet.
"Entiendo más del mundo desde que vivo con un  pie en la nieve y con otro en el polvo", dijo en una entrevista con  "Times".
Tiene cuatro hijos y está casado en terceras nupcias con  Eva Bergman, una hija del director sueco Ingmar Bergman. Su pasión por  África y las personas que viven allí quedó plasmada en novelas como  "Comedia infantil", acerca de un niño de la calle. Asimismo, escribió un  ensayo sobre el sida en África titulado "Moriré, pero mi memoria
sobrevivirá:  una reflexión personal sobre el sida".
Asimismo, este famoso y  ya rico autor de novelas policiales sigue escribiendo libros
juveniles  y obras de teatro. En Estocolmo también dirige su propia editorial,  Leopard.
Sin embargo, la fama mundial se la debe al detective de  Ystad. De esta forma, logró generar un verdadero "boom" turístico en la  ciudad el sur de Suecia. Miles de fans se acercan al lugar para  descubrir los lugares en los que se ambienta la novela.
Con "El  hombre inquieto", Mankell rompió su promesa de no volver a escribir  sobre Wallander después de una pausa de diez años. Según explicó, lo  llevaron a escribir conflictos suecos no superados de tiempos de la  Guerra Fría y la lucha de muchas personas de más de 60 con los problemas  de memoria. De hecho, la lucha del investigador de 60 años contra  algunos problemas de demencia senil se vuelve más
importante que la  trama policial.
Así, el escritor también aprovechó para  despedirse del personaje: Mankell afirmó que iba a dejar solo a su  personaje, cerrar la puerta y abandonar la casa.
Fuente: DPA.  
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