jueves, 17 de junio de 2010

EL CUERPO HUMANO

SOMOS UN SISTEMA DE SISTEMAS

Como capas de una infinita cebolla, los temas de la anatomía y la fisiología se contienen unos a otros y despliegan múltiples resonancias y metáforas en otros campos de lo corporal.
El concepto de cuerpo que trasciende lo orgánico para abarcar aspectos afectivos, culturales, históricos… enriquece la mirada biológica. Convoca la implicancia de lo artístico, la diversidad de disciplinas del movimiento, los diferentes abordajes expresivos y terapéuticos.


Por su parte, esos enfoques necesitan con frecuencia el soporte o la complementación de los conocimientos fundamentales de la biología. A partir de la edición Nº 56 de Kiné, la revista de lo corporal, venimos desarrollando una serie de informes, notas y posters que intentan hacer un aporte a ese intercambio, a una visión compleja, múltiple y abarcativa. Denominamos a esta serie: “somos un sistema de sistemas”.

Ofrecemos aquí algunos textos breves que integran el primero de esos informes.

Estar vivos
escribe Julia Pomiés

Una ameba unicelular, un rosal florecido, un elefante, ustedes, yo... todos los seres vivos “hacemos lo mismo”: somos una porción de materia envuelta en una membrana más o menos permeable; tenemos la posibilidad de incorporar ciertos elementos del ambiente y procesarlos; los utilizamos para recuperar energía, crecer, reproducirnos... Eliminamos los deshechos. Nos retraemos ante las agresiones, nos expandimos si las condiciones son óptimas... Las mayores diferencias consisten en el grado de complejidad de cada ser.

“La vida no sólo es compleja, sino que tiende a evolucionar hacia una mayor complejidad, atributo que parece ser fundamental para su continuidad;” nos dice Moshe Feldenkrais en su libro La dificultad de ver lo obvio. Así, los seres humanos, productos casi finales de la escala evolutiva, somos los más complicados. A nivel biológico, cada organismo vivo es en sí mismo un mundo de microorganismos. Y el humano lleva eso al colmo. Nuestro sistema nervioso, por ejemplo, cuenta con un número astronómico de células (3 - 1010), y por eso mismo es capaz de una extraordinaria capacidad de resistencia y adaptación a los ambientes más diversos. Cada uno de los sistemas orgánicos que componen nuestro cuerpo tiene un altísimo grado de complejidad y actúa en forma coordinada con todos los demás, integrándose en una permanente interacción. Los sistemas nervioso y endócrino en conjunto, relacionados a través de la hipófisis (pueden denominarse sistema neuroendócrino) son los “directores de orquesta”. Los líquidos corporales (sangre arterial, sangre venosa, linfa) son sistemas de comunicación que llevan y traen en una incesante circulación las sustancias que todos producen y también las que eliminan. El corazón bombea para que la circulación no se detenga y el intercambio de sustancias se produzca hasta en los rincones más distantes. El aparato digestivo proporciona combustible que se “quemará” utilizando el oxígeno aportado por los pulmones; encargados también de devolver al exterior los gases resultantes de tal combustión. Otros residuos innecesarios o tóxicos, serán eliminados por el mismo aparato digestivo o por el urinario (después de atravesar el filtro de los riñones). La energía producida permitirá el crecimiento, la reproducción y el movimiento; este último está sobre todo a cargo del sistema óseo y el muscular (sistemas de sostén que se complementan con los tejidos conectivos —las fascias— y el sistema tegumentario). En toda esta sinfonía resultan fundamentales las funciones de protección que también ejercen los tejidos tegumen­tarios (piel, mucosas, membranas..) y las barreras inmunológicas existentes, con características propias, en los diversos tejidos orgánicos.
Y pensar que en el principio fuimos un encuentro fortuito entre sólo dos células (óvulo y espermatozoide) con toda la información necesaria para convertirnos poco a poco en humanos. En el proceso de la gestación repetiremos, cada vez, paso a paso el proceso de evo­lución de las especies. Así pasaremos de ser seres unicelulares, a pluricelulares, gusanitos apenas inervados, renacuajos con esqueleto rudimentario... como dicen los biólogos: la ontogénesis repite la filogénesis.


Así en la célula como en el cosmos
Escribe Silvia Mamana

Los organismos unicelu­lares como las amebas cumplen todas las funciones vitales de un organismo vivo. En los animales más complejos, las células se especializan y se organizan en grupos o tejidos que cumplen funciones particulares. En los humanos y demás vertebrados, este proceso llega a su máximo grado de especialización: poseemos un tracto digestivo para digerir y absorber nutrientes, un sistema respiratorio para captar oxígeno y eliminar anhídrido carbónico, un sistema urinario para eliminar desechos, un sistema cardiovascular para distribuir el oxígeno y los nutrientes en todo el cuerpo, un sistema repro­ductor para asegurar la supervivencia de la especie, un sistema tegumentario que nos protege del ambiente externo, un sistema músculo-esquelético que garantiza las funciones básicas de respiración, alimentación, comunicación, locomo­ción, el movimiento del cuerpo en el espacio y el contacto con nuestro entorno, un sistema inmunológico para la defensa del organismo, y los sistemas nervioso y endocrino como coordinadores y reguladores de los demás.
Como unidad fundamental de la vida la célula es capaz de reproducir todas las actividades del organismo vivo: crecen, se reproducen, se enferman, se reparan y mueren. Para ello, poseen “órganos” especiales que cumplen las mismas funciones de los distintos sistemas fisiológicos antes mencionados. A pesar de que no existe en el cuerpo una célula “tipo”, la mayoría de ellas cuentan con diversas estructuras u organelas, que cumplen funciones específicas dentro del mecanismo de funcionamiento celular. Podríamos considerar a las mitocondrias como el aparato respiratorio de la célula, al retículo endoplasmático rugoso y a las vacuolas como el sistema circulatorio, al aparato de Golgi como el sistema digestivo y a los peroxisomas como el sistema urinario. Los lisosomas podrían considerarse como precursores del sistema inmunológico, y los riobosmas, del sistema endocrino. El núcleo de la célula, con el ADN que guarda los registros del código genético y dirige la síntesis de las proteínas, puede compararse con el sistema nervioso. En cuanto al sistema locomotor, la célula posee también un citoesqueleto formado por microtúbulos (similares a los huesos), microfilamentos que poseen actina, como los músculos, y filamentos intermedios que dan forma y cohesión a la célula, funciones similares a las de las fascias y ligamentos. La célula no solamente posee movilidad, sino que tiene estructuras como las cilias y los flagelos que podrían asociarse a nuestros brazos y piernas.
La membrana celular no solamente cumple las funciones de protección y separación del ambiente interno y externo de la célula, sino que también asume la tarea de registro y selección de lo que entra y de lo que no ingresa, y la de abrirse y cerrarse en función de las condiciones del ambiente externo, como lo hacemos a través de la piel y los sentidos.
Desde la simplicidad de la ameba, pasando por las esponjas y los demás estadios de la evolución filogenética, cada célula es un organismo autónomo, con capacidad de pensar y tomar decisiones, mantener su homeostasis y relacionarse formando “comunidades” o tejidos. De la misma manera, los tejidos se organizan para formar sistemas, y los sistemas para concebir un ser vivo. Los seres vivos crean comunidades y éstas, en conjunto con los ecosistemas, conforman un mundo. Finalmente, el universo es la integración armónica de los distintos mundos.
La misma matriz y las mismas funciones se encuentran en cada partícula de vida: desde la microscópica célula al vasto cosmos en constante expansión.


¿Qué sucede con el psiquismo?
Escribe Mónica Groisman

¿Es el psiquismo un sistema? Si tomamos como definición de sistema la idea de un todo organizado, articulado con una finalidad, y recordamos que los científicos hablan de sistemas que buscan su equilibrio, homeostáticos o funcionales, contestaremos que el psiquismo es aquel sistema cuya tarea es elaborar, transformar, las tensiones que la vida nos presenta. Sin el sistema psíquico quizá no existiría eso que los corporalistas llamamos, con propiedad, cuerpo. ¿Qué cuerpo podríamos vivenciar sin fantasías y sin palabras? ¿Cómo haríamos para diferenciar colores y sabores, cómo para valorar experiencias tan distintas como el placer o el dolor, que sería de nuestra vida sin recordar y sin imaginar?
Freud recurre al modelo de la ameba para sus primeras conceptualizaciones del aparato psíquico. Tal como un organismo unicelular, el “yo” intenta evitar lo penoso y acercarse a lo placentero; lo hace a través de un complejo aparato que funciona mediante la capacidad de representar. El sistema psíquico es el “encargado” de organizarnos la realidad, de representarnos el mundo externo, y de “inventarnos” relatos sobre nuestra vida y nuestra familia, mas allá de nuestra historia biológica. Para poder recibir y organizar los estímulos procedentes del exterior, el aparato psíquico cuenta con un complejo sistema de filtros y pantallas de los mismos órganos de la percepción. Por otro lado, el incipiente psiquismo pone en marcha mecanismos (como desplazamiento y condensación), que, actuando sobre la red de representaciones, están al servicio de transformar en calidad aquello que se presenta como cantidad de energía o de excitación. Lo traumático será lo que el sistema psíquico no pueda procesar, imaginar, nombrar: lo “indigerible”, lo “inasimilable”.
La neurología nos aporta el esquema del arco reflejo, para explicar el recorrido de un estímulo desde el lugar en que es recibido hasta el lugar en que se descarga, como una respuesta motriz inmediata, automática; la finalidad es liberarse de ese malestar, esa tensión. Podemos pensar que el funcionamiento del psiquismo está al servicio también, de aliviarnos de la angustia, la privación o el sufrimiento. Siguiendo una idea de J. Nasio, diremos que el trabajo del aparato psíquico puede ser entendido como una complejización del esquema del arco reflejo (ver gráficos). El objetivo es disminuir o descargar la tensión o la energía psíquica (libidinal) que circula en el interior del psiquismo. Si el “yo” cuenta con un conjunto de representaciones psíquicas rico, variado y múltiple, en continuo crecimiento, serán más elaboradas sus respuestas, más adecuadas sus funciones, mejores sus defensas.
Es preciso señalar que, para este sistema psíquico, los otros “aparatos” del organismo son también, al principio, parte de la realidad externa. Es bastante largo y trabajoso el camino para llegar a que el hambre, el frío, el dolor o la esperanza sean reconocidos como aspectos del propio ser. El cuerpo es un externo y un extraño al que lenta­men­te y, si todo va más o menos bien, vamos conociendo e integrando en una unidad psicosomática, configurando una imagen de nosotros mis­mos: la imagen corporal.
Las producciones del psiquismo, como los sueños, síntomas y la mayoría de nuestros actos, muchos de ellos inconscientes, obedecen a esta lógica donde se oponen placer/displacer, claro que, a veces, por caminos paradojales: si el ser humano, como la ameba, sólo quiere estar tran­quilo... ¿por qué inventa cosas como la guerra? ¿o las enormes ciudades? ¿o los exámenes? El sistema psíquico quizás, a diferencia de los otros sistemas corporales, trabaja de modo contradictorio, a veces inexplicable...


Un sistema de energía en un universo de energía
Escribe Carlos Trosman

Para la medicina tradicional chino-japonesa, las personas somos un sistema de energía, donde circula la energía cósmica universal llamada Chi, Qi o Ki. Este Ki humano, está producido por el Ki del cielo, energía Yang intangible de la cual nos nutrimos a través de la respiración y que tiene gran influencia sobre el sistema nervioso y el movimiento (tanto interno como externo); y por el Ki de la tierra, energía Yin tangible que absorbemos con la alimentación, de la que dependen los procesos químicos, la sangre y los fluidos. Constantemente el Yin se transforma en Yang (los alimentos primero en fluidos para producir calor, movimiento y pensamiento) y el Yang en Yin (el oxígeno en la sangre pasando de inmaterial a material, formando parte de huesos y músculos). La Medicina Oriental postula un sistema energético diferente a los conocidos en occidente: el Sistema de los King-Lo (Canales y Colaterales), llamado también Sistema de Puntos y Meridianos. Por esta red de canales circula el Ki en diferentes direcciones, tanto ascendentes como descendentes y desde el interior de los órganos hacia la piel o viceversa. Estos ríos invisibles llevan el Ki del universo dando vida a nuestro cuerpo y a nuestra conciencia. Por este motivo varía con los climas, con las horas del día, con las estaciones del año; y también con la alimentación, con la actividad física y con las emociones. El equilibrio y la salud están representados por el movimiento y la continua transformación y adaptación del Ki humano al Ki cósmico.


Indice
de los principales temas desarrollados


Desde el año 2003 desarrollamos esta sección denominada:
"Somos un sistemade sistemas". Una serie de informes que incluye, en todos
los casos, láminas centrales de anatomía y fisiología; y resulta un modo fértil
de abordar temas “orgánicos”, abarcando sus múltiples resonancias, la manera
en que se relacionan entre sí, y con otros aspectos de nosotros mismos
y de nuestro entorno
.



•Kiné 56
: panorama general de la compleja red de integración existente entre los múltiples sistemas que nos constituyen.

•Kiné 57: Sistema Circulatorio: desde el corazón al amor, pasando por el infarto. Los nuevos enfermos “terminales”.

•Kiné 58: Sistema Respiratorio: Anatomía y fisiología. La importancia de dejar de fumar. La inspiración poética.

•Kiné 59: Sistema Urinario: La necesidad vital de filtrar toxinas. Caminos creativos para la desintoxicación.

•Kiné 60: Sistema Digestivo: Los intestinos: segundo cerebro. Apetito y ansiedad. Una sospecha: “somos rumiantes”.

•Kiné 61: Sistema Osteoarticular 1
: Los huesos, órganos vivos. Funciones del esqueleto. Maniobras óseas en el masaje.

•Kiné 62: Sistema Osteoarticular 2
: Articulaciones. Tejido conectivo y ligamentos. El “esqueleto psíquico”.

•Kiné 63:
Sistema Muscular 1: Músculos de la cara: descripción anatómica; reflexología facial; “lifting” sin bisturí...

•Kiné 64: Sistema Muscular 2
: Músculos en todos los sistemas de nuestro cuerpo. “Lo muscular” según la medicina china.

•Kiné 65: Sistema Muscular 3
: Musculatura esquelética. La postura: correcciones e incorrecciones. Tono neuromuscular. Body-Mind Centering. Fibromialgia.

•Kiné 66: Sistema Nervioso 1
: Sistema N. Central y Sistema N. Periférico; Nuevas conexiones neuronales; La función tónica en el sistema neuro­muscular; Masaje y reflejos; Osteopatía craneal.

•Kiné 67: Sistema Nervioso 2
: Recepción de sensaciones, evaluación de datos, elaboración de respuestas motoras. De las sensaciones a la Percepción. Del cuerpo “nervioso” al cuerpo erógeno.

•Kiné 68: Sistema Nervioso 3:
El Sistema Nervioso Autónomo. Neurovegetativo (Simpático y Para­simpático); su funcionamiento y acción en situaciones de pánico, ansiedad, estrés; Psico­somática.

•Kiné 69: Sistema Endocrino:
El funcionamiento de nuestras glándulas. Hormonas, movimiento y expresión. El trabajo corporal durante el climaterio. El humor y los humores. Shiatzu.

•Kiné 70: Sistemas Inmune y Linfático 1:
Anatomía y fisiología. Masaje y sistema inmune. Shiatzu: puntos para fortalecer la inmunidad. Lo corporal y los mecanismos de defensa.

•Kiné 71: Sistemas Inmune y Linfático 2:
Nutrición e inmunidad. Drenaje Linfático producido a través del masaje: detalle de las principales maniobras.

•Kiné 72: Sistema Reproductor 1
: Anatomía y Fisiología. XX, XY y otras complejidades. Shiatzu y energía sexual.

•Kiné 73: Sistema Reproductor 2
: El erotismo en los grupos. Masaje y desnudez. Poster: concepción, anticoncepción y embarazo.

•Kiné 74: Sistema Tegumentario
: Piel, pelo, uñas...

Kiné 75: Origen Embriológico de los Sistemas Orgánicos.

Kiné 76: Dolor de Espalda ¿Qué es una hernia de disco?

Kiné 77: Sistema Fonador: la voz, el grito, masaje sonoro.

Kiné 78: Músculos en Acción (1): La contracción muscular. Músculos esqueléticos, características y funciones. Unidad motora. Regulación nerviosa de la contracción muscular.

Kiné 79: Músculos en Acción (2): La flexibilidad. Las fascias: un sistema de integración. Precauciones en la búsqueda de flexibilidad. Masaje tailandés y medicina china.

Kiné 80: Músculos en Acción (3): La Fuerza. Distintos tipos de fuerza; fuerza y forma muscular; fuerza Vs. precisión; la fuerza en la danza, en el shiatzu, en el masaje.

Kiné 81: Músculos en Acción (4): La Resistencia. Un tema muy amplio que trasciende lo muscular, cardiovascular, respiratorio, para abarcar aspectos psíquicos e, incluso, sociales.

Kiné 82: Músculos en Acción (5): Coordinación. Un conjunto de diversas capacidades neuro-motrices: equilibrio, ritmo, orientación, combinación de movimientos.

Kiné 83: Músculos en Acción (6): El tono muscular. Una actividad de la musculatura esquelética estrechamente vinculada con las emociones, la imaginación y el inconsciente.

Kiné 84: Huesos en Acción (1): Tejido óseo y movimiento. Los huesos como órganos vivos. Sus funciones y participación en la estabilidad y el movimiento. Osteopatía para trastornos visuales.

Kiné 85: Huesos en Acción (2): Las fracturas y cómo tratarlas. Aportes de shiatzu. El agua y los huesos. Las “fracturas” grupales y sociales. Eutonía y biopolítica.

Kiné 86: Inicio de una nueva serie. Dolor (1): Las funciones del dolor (Hugo Ardiles); Educación Somática y Dolor Crónico (Silvia Mamana); Eutonía y biopolítica del dolor (Susana Kesselman); La sirenita, o el dolor de ser mujer (Mónica Groisman); Zen shiatsu y alivio (Valerie Gaillard); Shiatzu Kan Gen Ryu: 3 puntos de primeros auxilios (Carlos Trosman). nota-póster: Julia Pomiés, con asesoramiento de Susana Berman y supervisión de Olga Nicosia; ilustraciones de Ruben Longas

Kiné 87: Dolor (2): Columna vertebral y postura. Dolor de columna (Hugo Ardiles); Biopolítica del dolor: ¿quién nos cuida las espaldas? (Susana Kesselman); La espalda como mapa (Valerie Gaillard); Basta de rotaciones con bastón (Juan Renda); Masajes Vs. mio-relajantes (Martin Braun); Alivio con digitopuntura japonesa (Hiromu Morita). nota-póster: Julia Pomiés, con ilustraciones de Ruben Longas y supervisión de Olga Nicosia.

Kiné 88: Dolor (3): El mundo sobre los hombros. El síndrome de Atlas (Hugo Ardiles); Biopolítica del hombro (Susana Kesselman); Clínica de la Imagen (Elina Matoso); ¿Es necesario sufrir? (María Adela Palcos, Inés Garland); Esferokinesis para alivio y prevención (Silvia Mamana); Dolores de Metal y de Fuego (Valerie Gaillard); Síndrome del túnel carpiano (Carlos Trosman); Parirás con dolor (Susana Gonzalez Gonz) nota-póster: tendinitis del maguito rotador, bursitis, codo de tenista... (Julia Pomiés, con Asesoramiento de Susana Berman, ilustraciones de Ruben Longas y supervisión de Olga Nicosia).

Kiné 89: Dolor (4): La salud del nervio ciático. NOTA-PÓSTER (Julia Pomiés, con ilustraciones de Ruben Longas y supervisión de Olga Nicosia). Ciáticos Asiáticos (Valerie Galliard). El talón de Aquiles (Hugo Ardiles). Aliviar el dolor por el camino del arte (Susana Estela). Dolor y Placer (Mónica Groisman). Gimnasia postural Global (Guillermo Roust). -Esferokinesis: segunda serie de ejercicios sobre esferas (Silvia Mamana).

Kiné 90: Dolor (5): Rodilla y Tobillos. NOTA-PÓSTER (Julia Pomiés, con ilustraciones de Ruben Longas y supervisión de Olga Nicosia). Dolores propios y ajenos (Julia Pomiés). El coloso de Rodas (Dr. Hugo Ardiles). Bioenergética y dolor (Mariana Litvin) Columnas que se doblan (Carlos Trosman). El dolor como punto de apoyo (Carlos Carraro). -Esferokinesis: tercera serie de ejercicios sobre esferas (Silvia Mamana).

Kiné 91: Artitis y Artosis. NOTA-PÓSTER con una detallada explicación de la diferencia entre las dos enfermedades más frecuentes que padecen nuestras articulaciones (Julia Pomiés, con ilustraciones de Ruben Longas y supervisión de Olga Nicosia).
Cuando las presiones psíquicas se hacen orgánicas, Leonor Corsusnsky. Recuperar el movimiento, Hugo Ardiles Prevención y alivio: Qué proponen las diversas técnicas corporales (Sistema Río Abierto, Kinesia Psicosomática, Método Feldenkrais, Gimnasia Consciente, Eutonía, Yoga, Trabajo Corporal Integrador).

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