jueves, 1 de abril de 2010

El Laboratorio de Jerzy Grotowski


Grotowski profundiza en los conocimientos de técnicas anteriores: el sistema Stanislavsky, Meyerhold, Artaud, Brecht, el teatro japonés, chino e hindú. A partir de estos principios, se propone en su Laboratorio ampliar la experimentación teatral. El teatro debe diferenciarse del cine y de la televisión, aumentando el contacto físico con el público y volviendo a un arte escénico desnudo, un regreso a un teatro pobre.

Se replantea las relaciones entre el actor y el espectador, y las del texto con el director de escena y el actor, así como la propia finalidad del teatro, la ética y la técnica del actor.

Siguiendo a Brecht y a Artaud radicaliza el rechazo a lo literario en beneficio de lo teatral y adopta la revisión de los clásicos desde la óptica del mundo actual.

Para Grotowsky el teatro comienza allí donde la palabra es insuficiente; no añade nada a los textos ni modifica las palabras, pero rehace las estructuras desde dentro de la propia obra.

Grotowsky prentende recuperar el “ser oculto” que subyace en la herencia cultural, para encontrar nuevas formas de lo ritual. Considera necesario alcanzar la psique profunda del espectador y que descargue así su subconsciente de las emociones acumuladas en el espectáculo. Hace que el actor sea un arquetipo, un chamán, que fascina al público y le hace romper los moldes tranquilizadores de su mundo.

No en un sentido religioso, crea un actor santo, ascético, que se conoce a sí mismo, se prueba constantemente y se controla con estricta disciplina y trabajo. Funda su Laboratorio teatral en el que el actor tiene que aceptar principios muy estrictos, tanto éticos como de trabajo: respeto máximo, silencio, acatamiento y obediencia, ascetismo constante. El grupo de actores no pretende la creación de deslumbrantes espectáculos, sino la “búsqueda religiosa de valores”.

Entrenamiento del actor

No existe ninguna norma fija, ni ejercicios clasificados, sino que cada actor debe encontrar sus propios ejercicios y trabajos, los más adecuados para él, a partir de ciertos principios.

Principios corporales. Todos los movimientos tienen que estar justificados, pues no se trata de un entrenamiento gimnástico, sino de un trabajo desde el interior de cada uno. La práctica del yoga se considera un medio importante de equilibrar la columna vertebral, para lograr la máxima relajación y concentración y encontrar su lugar en el espacio. Los principios de la biomecánica de Meyerhold, el yoga y el kathakali conducen a la relajación del cuerpo y al progreso psíquico.

Grotowski pretende que el cuerpo del actor vuelva a ser el origen de todas las posibilidades expresivas. A su técnica se le llama “técnica negativa”, pues tiende a desbloquear, a liberar el cuerpo de sus constricciones, no a cultivarlo. Se trata de un trabajo interno, más metafísico que técnico. Se crea así un lenguaje orgánico, alejado del raciocinio; todo el cuerpo sustenta la palabra del actor, pues no hay separación entre cuerpo y mente.

Principios vocales. Trata de aumentar al máximo los resonadores de la voz (resonancia subjetiva de la voz emitida). Se presta atención al propio eco, atacando el espacio con la voz. Se busca la voz natural del actor, la suya propia. Respiración, relajación y posición, son elementos importantes para la emisión de la voz, pues la condicionan; se practican ejercicios de relajación muscular para abrir el diafragma; todo esto produce una gran riqueza de recursos vocales. Al mismo tiempo se tiene una gran preocupación por ldicción, mediante el uso de diferentes modos de dicción, pues no se mantiene durante todo el discurso, sino que se varía continuamente. Las frases son así como talladas, cobran todo su relieve, debido a la falta de continuidad. La dicción se desarrolla como líneas quebradas, no como un continuo monótono. La interpretación vocal y gestual no siempre corren parejas, sino que pueden contradecirse, lo cual desarticula el tiempo y va contracorriente, pero con ello se consigue mostrar todo el valor expresivo del discurso.

Las asociaciones del actor

La memoria emocional en Grotowski es orgánica. No es la mente la que recuerda, sino el cuerpo. Esta memoria orgánica supone para el actor una liberación y casi una redención. El actor muestra el personaje y se muestra a sí mismo en su ejercicio de memoria emocional orgánica. Es ascético y nada histriónico, sublimado y despojado de todo apoyo escénico (sin música, ni ruidos, ni objetos escénicos) que le distraiga de su expresión.

Según Grotowski, el actor más dotado es aquel que desarrolla al máximo “las posibilidades esenciales de su personalidad”.

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