Bartolomeu Meliá, etnolingüista y sacerdote jesuita de origen español, invitado a la Argentina por el Centro Cultural Parque de España, reflexiona sobre lenguas sin Estado. "Cada quince días se pierde una en el mundo."
Por: Julian Gorodischer
Bartolomeu Meliá, jesuita y etnolingüista español residente en el Paraguay, milita por la resistencia de las llamadas lenguas débiles, "sin pueblo o sin Estado", que se van quedando progresivamente sin hablantes. El guaraní reclama una representación oficial de la que aún carece en el país vecino. Su principal amenaza –dirá– es la informalidad de su sistema de circulación. Desde el idish al tupí, cuando una lengua deja de hablarse, se termina una visión del mundo.
Sobre esa premisa se basa la necesidad de encarar la protección de las débiles.
"El latín está más amenazado que muchas lenguas indígenas. A pesar de que sigue siendo la lengua oficial del Vaticano, el propio Vaticano redacta sus documentos en latín y, automáticamente, los redacta en español, en inglés, en francés, en polaco y hasta en indonesio", dice Meliá.
¿Cómo entra el latín en riesgo a pesar del aparato eclesial?
Ha dejado de ser el instrumento de comunicación de una comunidad, no expresa normalmente a una región. Los seminarios no tienen al latín como lengua obligatoria. ¿Por qué? Porque los textos hoy se pueden leer en otras lenguas. La obra de Santo Tomás está escrita en latín, pero hoy cualquiera la puede leer en ediciones muy buenas en castellano.
Sigamos listando las lenguas frágiles.
El guaraní. Si desapareciera, se perdería un sistema de tiempos que no corresponde al castellano. Hay muy pocos tiempos en el verbo pero hay una proporción enorme de partículas de aspecto y de modo que se combinan con los tiempos y que, a veces, parecen tiempos. En la fórmula "Ya comí todo", dicha en guaraní, el "todo" es al mismo tiempo "ya". Las lenguas, cuando son fuertes, tienen una gramática implícita, una coherencia de la cual todos participan. Si no, no hay manera de entenderse. El peligro es que quienes llegan del mundo latino intenten meter la lengua originaria enteramente en el zapato del latín.
¿Un sistema plurilingüístico, como el que promueve Evo Morales en Bolivia, es un modelo posible para el Paraguay?
Me parece excelente. Entonces, habría varios factores que fortalecerían el uso de la lengua. Debe entrar en los periódicos, y que ingrese a la escuela, que haya escritores de filosofía y hasta de poesía en esa lengua. La lengua es un instrumento de comunicación y un instrmento mediante el cual la persona se satisface más que en otras lenguas. Al llegar la independencia, desapareció el guaraní de la oficialidad. Curiosamente, con la independencia del Paraguay el guaraní se vuelve más dependiente que nunca. Las proclamas en guaraní se conservan en museo.
¿Por qué un pueblo solo, sin ayuda de un Estado que legitime con sus representaciones, no logra garantizar la reproducción de la lengua originaria?
La lengua no sólo depende de que se la hable sino de que se la hable bien. Que se la hable con gusto. Una lengua que tenga ese respeto tiene más chances de adquirir un estatus mayor. Ahora, cuando se empieza a mezclar y no se sabe la gramática, ahí hay un peligro serio.
¿Cuáles son las lenguas del planeta que están en estado más crítico?
Actualmente, hay unas seis mil lenguas en el mundo. Cada 15 días se pierde una. Las más críticas son las lenguas tribales de la India. Soy parte de un movimiento de la UNESCO que trabaja para que se conserven esas lenguas. No necesariamente hay que hacer gramática, pero que se hablen.
¿Usted diría que la evolución de una lengua da testimonio de la fuerza cultural de un pueblo?
Exactamente. ¿Qué es lo que hace el pueblo? Procura tener medios que fortalezcan a su lengua. Por ejemplo, el doblaje de las películas en catalán o la prensa, de Cataluña, cuyos periódicos más populares están escritos en catalán.
¿No da testimonio, también, de la capacidad de un pueblo para aislarse?
No, jamás se ha demostrado que la persona que habla dos lenguas tenga necesariamente que hablar mal una. Por lo tanto, así como el castellano es monolingüe en general, en Cataluña y en Mallorca, eso no sucede.
Hablamos de lenguas sin pueblo, ¿qué otros peligros puede correr un hablante?
La lengua sin Estado. Las lenguas son una especie de chacra a las que si dejas, crece su puñal. Y, ¿cuál es el puñal de una lengua? Las expresiones incorrectas, los hispanismos.
Si cotejamos guaraní y español, ¿qué se encuentra?
Una manera nueva de concebir el tiempo en el guaraní. Hay en ella un tiempo que es el tiempo remoto que nosotros, en el castellano, no tenemos; ocurre "en aquellos tiempos". Es el tiempo remoto que corresponde a los mitos, casi siempre relatos de principios. Eso lleva lo real al tiempo mítico, un tiempo más perfecto, paradigmático. donde las cosas son un referente. Nosotros lo tenemos en la Biblia, sobre todo en los primeros libros. Es el principio de una creación del hombre y de la mujer. Pero, sin embargo, somos muy poco simbólicos.
Hablamos de la preservación de lenguas frágiles, ¿pero existe la posibilidad de resucitar a las extintas?
No sé. Hay gente en plan de resucitar, pero las resurrecciones siempre son más difíciles. Son lenguas que salieron de circulación y volverlas a instalar es muy difícil.
¿Recuerda algún caso de resurrección exitosa?
Por ejemplo, en el sur de Finlandia, ahora la lengua original es el finés, y antes se hablaba sólo el sueco. También en la República Checa, el alemán era la lengua de la burguesía, de Kafka. Hoy, usted va a Praga y todo el mundo habla el checo. Prefieren el italiano o el inglés antes que el alemán.
¿Se imagina un Paraguay que consagre al guaraní como su lengua oficial?
Sí. Puede pasar, y en el corto plazo. Nosotros hacemos el esfuerzo. Hemos traducido un documento del Mercosur bastante largo al guaraní. También hemos hecho una traducción de los derechos de los pueblos indígenas. Se hacen muchas cosas.
¿En verdad cree que en el corto plazo están dadas las condiciones para que el guaraní pase a ser la lengua oficial del Paraguay?
Sí. Sin embargo, tenemos una deuda: los profesores de guaraní han tenido una formación tan desastrosa que son los que más estropean el idioma. Hoy los mismos estudiantes odian el guaraní. El guaraní tiene dos modos: el indicativo y el imperativo. Pero los profesores le han metido 33 modos diferentes, expresiones que corresponden a los modos del castellano.
¿Acepta al inglés como manifestación de una lengua universal?
Curiosamente, el inglés es la lengua que menos me ha servido. No lo hablo bien y tengo dificultad para entenderlo, a pesar de que estudié en Inglaterra. El francés es casi como una segunda lengua para mí. El portugués, también. El inglés es muy parecido al guaraní, tiene una estructura de tiempos muy simples, y muchas partículas. Son piezas que, de por sí, no significan nada pero que son como el cemento que une a la frase.
¿Le gusta pensar en una categoría de "lenguas heroicas", como el guaraní que subsistió a la conquista o el idish, que resistió en los campos de exterminio nazi?
Fíjese en el hebreo, es una lengua resucitada por el Estado. Ya tenemos un caso.
¿Promueve la incorporación de una lengua a la categoría de patrimonio cultural? ¿Eso le parece útil?
Sí, que sea patrimonio cultural es un incentivo para cuidarla.
No podemos obviar la cuestión de clase, ¿hay lenguas de pobres y de ricos?
No necesariamente. El guaraní es una lengua popular pero no pertenece a los pobres. En el caso del mallorquín, la lengua de la aristocracia es la lengua del campesino.
Finalmente, ¿imagina un desarrollo lingüístico del Mercosur sin la incorporación oficial del guaraní?
Tiene que entrar en las radios, en los periódicos. Pero por razones de economía, se buscan lenguas generales aún sabiendo que hay formas particulares a las que es importante dar lugar.
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