Durante los últimos años, la Web sirvió al teatro como punto de difusión e intercambio de miradas críticas. Portales, blogs y revistas digitales se suman, así, a la experiencia escénica y enriquecen el rol del espectador.
Por: Leni Gonzalez
Algún tipo de álgebra estadística debe comprobar que, a menor difusión mediática y publicitaria, mayor es la presencia de fenómenos culturales en Internet. Bajos costos de producción, libertad expresiva e inmediatez temporal, además del plus militante, conforman el motor del loqueréslotenés en manos de la varita de un programador que no necesita imprenta, red de distribución ni cadena de permisos. Con las mismas velas a los ángeles de la autogestión se sostiene el teatro off, por lo que la unión de la Web y la escena alternativa estaba destinada a formar una pareja estable en época de alianzas líquidas."Inversamente proporcional a la creciente producción escénica, los diarios han ido restringiendo el espacio dedicado al teatro, limitándose a reproducir gacetillas o a suplir la crítica por la entrevista. Por otro lado, surgieron gran cantidad de publicaciones digitales, cada una con sus características, que han configurado verdaderas comunidades globales que intercambian información, conocimientos, miradas críticas y experiencias estéticas", dice Beatriz Trastoy, docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y directora de telondefondo, Revista de Teoría y Crítica Teatral (www.telondefondo.org), primera publicación electrónica sobre temas teatrales de la UBA, semestral y de consulta gratuita, surgida en 2005. Pensada para estudiosos, presenta trabajos inéditos sometidos al arbitraje de un Consejo Asesor que evalúa la originalidad ensayística y el rigor académico de este archivo de consulta permanente.
Frente a la austeridad de los especialistas, en Mutis x el foro la estética es el principal anzuelo para tentar a un público joven y diletante. Creada por el periodista Misael Scher en 2007, se trata de una revista bimestral en papel, con una tirada de 15.000 ejemplares que se distribuyen gratuitamente por bares, salas y centros culturales, pero que también puede leerse en la Web (www.mutisxelforo.com.ar). "Nuestro aporte es el diseño moderno y atractivo; en la tapa siempre va un primer plano de un artista prestigioso y a la vez, conocido. Incluimos entrevistas, notas y análisis pero nunca críticas porque suelen funcionar más como visibilidad que como una lectura del periodista. Buscamos la diversidad, que conviva el off con lo comercial, porque nos interesa que el teatro no sea para unos pocos", explica Scher que asegura sostenerse gracias a la publicidad.
Sin desdeñar al marketing ni a la academia, se encuentra Funámbulos, nacida en 1996 en rústico formato tabloide, después en revista con dos números al año y, a partir de 2008, con presencia en funambulosteatro.blogspot.com. "En 2000, nos planteamos un cambio, el de decidir un perfil, un para qué y qué decir. No hacer difusión teatral sino reflexionar temas, en especial, la mirada más amplia, el teatro desde la cultura y la sociedad", dice la fundadora Ana Durán, a quien en 2003 se sumó en la dirección el crítico Federico Irazábal. Cuenta con el subsidio del Instituto Nacional del Teatro, un apoyo que sólo pueden solicitar las producciones en papel. Para las únicamente digitales, queda la opción de Proteatro (el Instituto para la protección y fomento de la actividad teatral no oficial de la Ciudad de Buenos Aires). Pero algunas, como Alternativa teatral, ni siquiera lo solicitan.
Un auténtico éxito de taquilla: más de 100.000 consultas diarias y un promedio de tres millones al mes. Una década atrás, después de hablar en terapia sobre cómo fusionar sus profesiones de actor y programador, Javier Acuña lanzó www.alternativateatral.com, con el fin de difundir el trabajo de las obras de teatro independientes. Y se convirtió en la cartelera teatral donde lo que no está allí, de verdad "no existe". "Si bien no nació como medio sino como espacio para la comunidad teatral, el valor diferencial de Alternativa es el archivo histórico", dice Sonia Jaroslavsky, integrante de la primera hora del grupo, sobre la información exhaustiva de toda la oferta escénica, incluida desde hace tres años la comercial y oficial.
"Es indudable que incorporar la crítica de espectáculos comerciales, aumenta lectores", reconoce Gabriel Peralta, otro actor y crítico "no subsidiado" que hace cinco años empezó, junto a Mónica Berman, el sitio Crítica teatral (www.criticateatral.com.ar), donde se da el gusto de escribir sobre obras no sólo del ámbito porteño sino también del conurbano y el interior del país, con un diseño sencillo apto para mayores de 50. "La contraparte de la Web es que nunca tenés la legitimación que te da el papel –dice Peralta–, pero lo importante es que cualquiera pueda entenderlo y acceder."
Con la misma antigüedad pero más briosa en sus intenciones es Imaginación atrapada (www.imaginacionatrapada.com.ar), del graduado en Artes Combinadas de la UBA, Diego Braude quien, a la izquierda de todo el espectro, caracteriza a su creación como "una visión autoral, con un 90 por ciento de obras off por una cuestión de militancia". Temeroso de los condicionamientos, aunque hasta ahora se había negado a los subsidios en tanto sinónimos del "yo no pude", proyecta solicitarlos para lograr esa deseada combinación entre la crítica, la investigación y la práctica. "Si el espacio no existe, lo invento", afirma Braude con la frescura de los orígenes.
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