domingo, 13 de junio de 2010

Interactivo y táctil, el Cabildo vuelve a ser vanguardia nacional

Es el primer museo oficial con tecnología para Interactuar con sus piezas.

ADENTRO. Las pantallas interactivas y táctiles permiten que el visitante se meta adentro de lo que mira.

Allí, en el pasado, se forjó la vanguardia y el proyecto de un país. Allí, 200 años después la museología nacional acaba de dar un paso hacia el futuro, que la equipara –relativamente, pero con éxito– con las instituciones más modernas del mundo.

Clarín
acompañó ayer a a una recorrida por el antiguo ayuntamiento porteño a los responsables de la restauración y remodelación curatorial del Museo Histórico Nacional del Cabildo dirigido por María Vernet.

El centro neurálgico de los acontecimientos de Mayo de 1810 volvió a abrir sus puertas al público el 23 de mayo, por los festejos del Bicentenario, luego de los trabajos que obligaron a cerrarlo el 14 de febrero pasado.

La restauración de los techos de tejas, la limpieza y verificación de los desagües, la reparación de las carpinterías de madera, los revoques, los umbrales, los pisos y una actualización de los sistemas de seguridad, electricidad e iluminación constituyen una reforma de la infraestructura básica y necesaria del museo, que había sido restaurado por última vez hace ya diez años. El equipo técnico a cargo de las obras estuvo a cargo de la arquitecta Elina Tassara, experta en restauración y consevación del patrimonio, formada en Francia e Italia.

Sin embargo, el rasgo más importante de esta reestructuración descansa en la remodelación curatorial –a cargo de Gabriel Miremont– que incluye por primera vez pantallas táctiles e interactivas en un museo oficial argentino. Son dos, nada más, pero la interactividad es la punta de lanza de las tecnologías del siglo XXI y, en el caso de los museos, obligan al espectador a relacionarse más activamente con las piezas expuestas y el contexto. En el Cabildo se vuelve posible entonces constatar cómo varió su entorno en los últimos 200 años. También se puede entrar en el famoso retrato del Cabildo del 22 de Mayo del artista chileno Pedro Subercaseaux, que cobra vida en una de estas pantallas o manipular una cámara que enseña los túneles subterráneos debajo del patio.

"Se buscaron objetos más representativos y claros en el mensaje de cada sala", aseguró Miremont, que no dudó en definir la colección del museo como "mediana". El curador eligió redistribuir antiguas piezas y revalorizar cada espacio del Cabildo. La planta baja del Museo cuenta ahora las funciones que ocupó el edificio a lo largo de su historia. Sobresale la cárcel de varones –el único espacio original del edificio del siglo XVII–que allí funcionaba. Completan la escena un cepo de época y una gigantografía con una pintura de Juan León Palliere, que ilustra la cárcel tal cual era. Otra sala, contiene ladrillos y tejas originales, además de cuadros y videos que enseñan los cambios en la fisonomía del edificio.

El piso superior reconstruye la vida política del Cabildo, como fuerte durante las Invasiones Inglesas y como sede de gobierno de la Primera Junta. Se sumaron además, piezas prestadas por la Biblioteca Nacional, coleccionistras privados y el Museo Evita. La reapertura del balcón al público –donde se celebró el Cabildo del 22 de mayo– es otro hito de la flamante remodelación.
La secretaría de Cultura de la Nación financió la obra, que duró 45 días y costó aproximadamente 3 millones de pesos. Resignificado y recuperado es el único testigo arquitéctonico de 200 años de historia patria y enfrenta a los visitantes con las paradojas del devenir nacional.

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