jueves, 17 de junio de 2010

El campo de lo corporal


Escribe Susana Kesselman



Lo corporal viene confundido con el cuerpo, como lo grupal con el grupo. Lo grupal está presente como enfoque aunque estemos trabajando con una sola persona. Lo grupal está en el modo de pensar a las personas y a nosotros mismos. Pensar desde las tramas que nos entretejen, desde los vínculos.
Del mismo modo el pensamiento corporal está en el nivel del pensamiento grupal. Se puede trabajar con técnicas corporales y sin embargo no estar en el nivel de lo corporal del que vengo hablando. Lo corporal es una mirada, es una reflexión sobre la conducta, es el afinarse en el propio cuerpo, en la capacidad perceptiva, es no dejar fuera de la teoría la sensación y la emoción de las ideas, es estar presen­te en la observación, y darnos cuenta de la diferencia entre observar e interpretar. Difícil propuesta para la que es necesario adiestrarse.
Muchos profesionales de las técnicas corporales confunden la materia cuerpo y el nivel de lo corporal. Esta confusión trae innumerables dificultades, pero sobre todo un empobrecimiento de las ideas.
El cuerpo aparece en diferentes materias y disciplinas con sentidos diversos. Hay un cuerpo estudiado en la medicina o en la kinesiología, hay un cuerpo que se modela con las gimnasias, un cuerpo que se expresa en las técnicas de expresión corporal, un cuerpo que se hace consciente de sí mismo en las disciplinas que se nuclean alrededor de las gimnasias conscientes, un cuerpo que se hace vocero del conflicto psicológico, en las psicoterapias corporales (vegeto­terapia, bioenergética, biosíntesis). Un cuerpo para los expertos en medicina psicosomática o para los psicomotricistas. Un cuerpo para los que hablan del cuerpo y un cuer­po para los que hacen con el cuerpo. El cuerpo como instrumento para afinar en los actores, en los músicos, en los maestros, en los médicos. El cuerpo como objeto de estudio, el cuerpo como campo de investigación para la conducta no verbal, para la exploración de los hábitos para el descubrimiento de la memoria de las sensibilidades, para la observación del comportamiento de lactantes, en la ampliación de los estados de conciencia.
Se pueden aprender técnicas corporales y sin embargo no tener un pensamiento corporal que abarque a lo humano desde este nivel del comportamiento. Es posible, por otro lado, no conocer ninguna técnica corporal y estar atravesados por esta mirada corporal.
Hay profesionales de diferentes campos: educación, salud, artístico, que llegan a movilizar corporalmente a sus pacientes o alumnos a través de la palabra, de una palabra que toca el cuerpo como puede tocarlo una mano. Los nuevos paradigmas, en este final de siglo, permiten pensar que en los próximos años, las subjetividades, en lugar de ser controladas por el avance de un pensamiento objetivo, científico a la vieja usanza de este siglo XX, serán exacerbadas, multiplicadas.
La subjetividad que emerge de estos nuevos paradigmas sabrá vivir en el desorden, en el caos, en el de­se­quilibrio. Los equilibristas de la cultura, los contorsionistas de la ciencia. Lo corporal, en el sentido de lo dicho, alertará en los pequeños temas, en los cambios rítmicos o de velocidad, en los múltiples órdenes posibles más que en un único orden, en las repeticiones, en los micro­movimientos, en las sensaciones y emociones como motores de conocimiento. Las técnicas corporales desde esta perspectiva serían medios interesantes en la construcción de estas nuevas subjetividades.

Susana Kesselman es Licenciada en Letras, Eutonista, Creadora del Corpodrama, Asesora del Centro de Psicoterapias Operativas. Autora de los libros: Dinámica Corporal (Ed. Fundamentos), El pensamiento Corporal (Ed. Paidós), Diálogos sobre lo Corporal (Ed. Paidós) y Cómo afinar el cuerpo sin ir a California (Ed. De la Flor).


Texto publicado en la edición Nº1 de Kiné la revista de lo corporal.

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