domingo, 21 de noviembre de 2010

El pop domina el mercado del arte. ¿Viva el pop?


Andy Warhol: Coca-Cola

Andy Warhol: Coca-Cola 4 (1962)

Un interesante artículo del Washington Post disecciona una de las noticias que estuvieron dando vueltas en los medios internacionales los últimos días: la venta millonaria de dos obras de Andy Warhol -una composición sobre una imagen de Elizabeth Taylor con el título “Men in her Life” y la pintura “Coca Cola [4]“. La primera se vendió en la casa de subastas Phillips de Pury por 63 millones de dólares; la segunda en Sotheby’s por 35 millones.

El artículo parte de una premisa a la que no estoy para nada seguro de suscribir. Dice su autor, Andrew Mckie: “los ricos han entendido los aspectos comerciales del arte como una inversión desde antes de los Medici. La asunción era que el arte comparte con el oro las cualidades de belleza, codicia, portabilidad, irreproductibilidad y escasez”. Me resulta extraño pensar en algo así como “inversiones” en un “mercado” del arte con anterioridad al siglo XIX, mucho menos antes del siglo XVI. Me suena a esas superproducciones cinematográficas en las que los políticos medievales se comportan exactamente igual que los agentes de Wall Street en 1980. Demasiada transferencia del presente sobre el pasado para mi gusto.

Sin embargo, sí me parece bueno el análisis que hace del comportamiento del mercado en los últimos años: “en términos de mercado, existen obras de arte pop importantes por su particularidad, originalidad o calidad, como las grandes obras de Marilyn, Elvis y Mao de Warhol, sus cuadros de choques de autos, o las pinturas de comics de Lichtenstein. Pero mucho de lo que uno llamaría el mercado de difusión del arte contemporáneo parece descansar en el gusto de unos muy pocos coleccionistas, como Peter Brant, Philippe Niarchos y Steve Wynn, y en los dealers, como Larry Gagosian y Jose Mugrabi, quienes están fuertemente comprometidos con artistas particulares”

El mercado actual y la increíble cantidad de recientes ventas millonarias, entonces, poco tienen que ver con valores artísticos o con un auge de la producción contemporánea. Al contrario, el tipo de acontecimientos como la venta de los Warhol tiene mucho más que ver con una subida o bajada de acciones en la Bolsa producida por algún grupo de lobbystas afectados en sus intereses financieros.

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