domingo, 10 de octubre de 2010

Me he enterado de que a Usted le gustan nuestras sopas

El filósofo y crítico de arte norteamericano Arthur Danto escribe en su libro Después del fin del arte:

“El fin del arte tal como yo lo concibo tuvo lugar antes de que el mercado de los años ochenta lo hubiese imaginado. Se produjo dos décadas antes de que publicara (el artículo) «El fin del arte». No fue un evento dramático como la caída de los muros que marcaron el fin del comunismo en Occidente. Fue, como muchos eventos de apertura y cierre, invisible a aquellos que lo viven. En 1964 no hubo artículos de portada en el New York Times, no fue noticia de último momento en los informativos vespertinos. Ciertamente noté los eventos, pero no percibí que marcasen el fin del arte, no hasta 1984. No obstante, eso es característico de la percepción histórica. Es típico que las descripciones de eventos realmente importantes no estén al alcance de quienes los ven suceder. ¿Quién, enterado de que Petrarca ascendía al monte Ventoux con una copia de San Agustín en su mano, podría saber que el Renacimiento se iniciaba con ese suceso? ¿Quién, al visitar la Galería Stable en la 74 East de Manhattan para ver los Warhol, podría saber que el arte empezaba a acabar?”

Andy Warhol, Campbell's Tomato Juice Box (1964).


Este párrafo tiene varias ideas interesantes. Aclaro: no me parece que el tema de “el fin del arte”, la idea de que se han terminado los grandes relatos sobre el arte, sea una de las más productivas. Sí me gusta el comentario sobre la pequeñez de ciertos acontecimientos que la historia prueba luego enorme, sí me gusta que se incluya a la exhibición de las cajas de jabón Brillo y de las sopas Campbell de Warhol entre ellos: la exhibición de esas cajas fue precisamente un momento enorme para la cultura subsiguiente, influyó sobre todas las áreas y volvió imposible la inocencia del arte anterior: pre-mercado, pre-popular, pre-Warhol.

Transcurrido un lapso conveniente de tiempo, todo el mundo, no sólo los artistas, no sólo los críticos, se dio vuelta para mirar lo que pasaba allí. Y si no, lean esta carta escrita por un gerente de marketing de Campbell, agradeciendo a Warhol por la visibilidad que daba a su producto y endulzándolo con… un par de latas de sopas de tomate.

Estimado Sr. Warhol,

He seguido su carrera por algún tiempo. Su trabajo ha despertado gran interés aquí en la compañía Campbell Soup por razones obvias.

En un tiempo esperaba ser capaz de adquirir una de sus pinturas de sopas Campbell, pero me temo que se han vuelto muy caras para mí.

Quería decirle, de todos modos, que admiramos su trabajo y que me he enterado de que a usted le gusta la sopa de tomate. Me tomo la libertad de enviarle un par de cajas de nuestra sopa de tomate a esta dirección.

Le deseamos un éxito continuo y buena suerte.

Cordialmente,

William P. MacFarland
Gerente de Marketing de Productos

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