sábado, 27 de febrero de 2010

COMO VINCULAR CINE Y FILOSOFIA

La ética que Hollywood nos dejó

Con un original y atractivo enfoque, el filósofo estadonidense Stanley Cavell sostiene que en las películas norteamericanas suele darse una percepción de la conducta humana como algo impredecible, y en este sentido, contienen una enseñanza. En una entrevista exclusiva con Ñ, Cavell dice: "Encuentro verdaderas transformaciones metafísicas en los personajes".
Por: Santiago Bardotti


Dicho de manera frívola Stanley Cavell es el filósofo que se atrevió a poner el nombre de Kant junto al de Frank Capra; menos banal es el hecho que escribió varios libros para despejar las dudas que él mismo albergaba. Ante lo sospechoso de un filósofo que ha dedicado su tiempo al cine popular, Cavell mismo invierte la pregunta: 'cómo es posible que una persona cuya educación ha sido moldeada tanto por la frecuentación de los cines como por la lectura llegue a ejercer un oficio que consiste en reflexionar sobre filosofía? Filosofía del lenguaje común, filosofía de la vida cotidiana, los desafíos del escepticismo constituyen la familia de intereses filosóficos de este hombre hijo de emigrados judíos. Embarcado en la tarea, tan atípica en su medio, de una recomposición histórica del pensamiento norteamericano, las figuras de Ralph W. Emerson y Henry David Thoreau le dan a la escritura de Cavell un color característico. La expresión de Emerson "el coraje de ser lo que uno es" explica acaso la dedicación de Cavell a los problemas del cine, como él mismo dice "por lealtad a ciertas versiones más jóvenes de mí mismo". Los libros de Cavell sobre cine, a la par que libros teóricos, son libros que hablan particularmente de un conjunto de películas que aparecen así bajo una maravillosa nueva luz; porque, como él mismo dice, la crítica no debe manejarse con significaciones a priori, sino encontrarlas en cada caso y articularlas en una explicación coherente. Así la crítica se convierte en algo más que una operación técnica especializada: se vuelve un modo de hacer filosofía.

-'Cómo se relacionan las sobrias declaraciones sobre la muerte del cine y su propia idea sobre la desaparición del cine como su condición ontológica?

-No estoy seguro de haber escuchado declaraciones particularmente sobrias sobre la muerte del cine. Declaraciones ebrias, sin duda, y tal vez declaraciones tristes. Todo lo que recuerdo haber dicho de lo que podría llamarse la desaparición del cine es que fue después de descubrir que mi experiencia del cine contemporáneo estadounidense había sufrido una ruptura, que estaba en cuestión, que empecé a escribir sobre cine y que lo hice desde un primer momento con un fervor inequívoco. Eso fue a fines de los 60, en parte, debido a que durante diez años llegaron a estas orillas de forma bastante regular las películas de Rossellini, Antonioni, Fellini, Godard, Resnais y Truffaut. A eso se sumó el descubrimiento de la historia del cine estadounidense en distintos grupos cinematográficos que encontraron seguidores en las universidades. No es raro que en ese medio haya empezado a pensar seriamente que existían cosas como las películas estadounidenses como tales, no sólo películas que habían constituido un registro indispensable y persistente de mi vida, y la de mis amigos y mis padres, desde que tenía ocho años. En cuanto a la sensación de una muerte del cine por los cambios de sus medios físicos –o sea, porque ya no se hacen películas, obras cinematográficas que se hacen con película–, me conformo con esperar (no sé si eso me resulta más fácil o más difícil, dados mis ochenta años) y ver en qué se transforman los hechos de nuestra experiencia, de nuestro goce, de las nuevas tecnologías del cine narrativo en relación con la historia del cine. Creo que por primera vez desde el cine mudo, ahora el cine sonoro tiene una historia, algo tan perdurable y valioso como la historia de la música, la literatura o la pintura. De todos modos, nunca produjo una vanguardia significativa. Lo que pudo parecer que ocupaba ese lugar fue el "cine experimental", que se destacó cuando Hollywood estaba en su peor momento y el cine europeo hacía sentir su presencia. En mi primer libro sobre cine dije que éste era el arte que había evitado el tema del modernismo, o que lo había postergado.

-'El cine puede dar a los estadounidenses ese "pasado cultural común" cuya ausencia usted menciona como una tendencia de su cultura?

-Durante las primeras décadas del cine sonoro podría decirse que el cine contribuyó a brindar un presente cultural común a los estadounidenses. Si eso se va a convertir en un pasado cultural común es algo que va a depender de si las películas sonoras llegan a adquirir una historia, algo que se comparta en el plano cultural en el mismo sentido en que se comparte la novela estadounidense. Pienso que eso sólo sucedería si el cine pasara a formar parte de los programas de estudios de los colegios secundarios. Eso puede ser tan improbable como mi deseo de que la filosofía se enseñe de forma habitual en los colegios.

-'Empezó a interesarle el cine como la expresión artística que mejor representaba a EE.UU.?

-No sé si "mejor", pero me interesaba aclarar que el cine popular estadounidense tenía instancias de auténtica expresión artística.

-'En esas comedias hay un arquetipo de hombre y de mujer?

-Las comedias estadounidenses que más me interesan parecen desafiar, o parodiar, esos arquetipos, a menudo mediante el recurso de hacer al hombre más femenino que la mujer y viceversa. En Luna Nueva, es el hombre, Cary Grant, el que tiene conciencia de su aspecto y del efecto que causa. En La costilla de Adán, Spencer Tracy llora y le enseña a la mujer a llorar. Sin embargo es en el diálogo agresivo y enérgico que comparten a lo largo de una película donde se sostiene la igualdad de inteligencia y percepción entre géneros.

-'Por qué le parece importante complementar, rectificar a Freud con Austin en relación con la idea del "fehlleistungs" o lapsus?

-Me resulta fascinante que dos pensadores que ejercieron una influencia tan decisiva y permanente en mis intereses y trabajos tengan temperamentos tan diferentes como y que, a pesar de ello, coincidan tanto en la percepción de la conducta humana como algo que siempre escapa al control de formas impredecibles mediante lo que solíamos llamar Razón. Los grandes payasos del cine: Chaplin, Keaton, los hermanos Marx, descubrieron y demostraron que la conducta animal podía sobrevivir a sus desórdenes con cierta felicidad en un mundo de circunstancias fortuitas.

-Usted sostiene que el cine popular puede ayudarnos a entender filosofía, 'qué puede enseñar un filósofo como Wittgenstein sobre la vida cotidiana?

A prestarnos atención.

-'Por qué pueden gustarnos las películas malas, pero no tanto los libros malos y casi nada la mala filosofía?

-En algún momento dije algo sobre eso. Ahora, sin embargo, antes de contestar tendría que saber qué se considera una mala película ('aburrida? 'improvisada? 'con buena fotografía pero mal guión o una actuación pobre?), un mal libro ('irreflexivo? 'que se basa en falsedades? 'Que tiene un lenguaje banal?) o mala filosofía ('ejemplos trillados? 'Argumentos débiles? 'Una visión limitada del mundo?). Me imagino que puede hablarse de algo interesante hasta en una mala película, ya que la posibilidad de que aparezcan accidentes afortunados o regalos del cielo es mayor en el cine que en otros medios en los cuales cada sílaba es producto de la elección de una sola persona. Hay figuras que la cámara adora. Si una de esas figuras hace apariciones breves pero recurrentes en una película mala, puede brindarnos instancias de verdadero placer.

-'Es posible hoy hacer una filosofía que no sea un comentario o mera "literatura"?

-No estoy muy seguro de a qué se refiere con "hacer una filosofía". Sin duda pienso que es posible pensar y escribir de forma filosófica. Heidegger hace filosofía a partir del comentario sobre, por ejemplo, textos de Hölderlin. Wittgenstein, en cambio, menciona algunos nombres de filósofos casi al pasar. Los dos tienen una escritura característica, y los filósofos a quienes no les gusta uno de ellos, o ambos, pueden calificar lo que hacen de "literatura". Los filósofos analíticos discuten permanentemente entre sí y en ocasiones con momentos del pasado de la filosofía. Por lo que parece, eso contaría como comentario sólo si su interlocutor estuviera muerto. Otra cosa que Heidegger y Wittgenstein tienen en común es su negativa a pensar su trabajo dividido en campos, como por ejemplo la epistemología, la estética, la ética, etc. Se trata de una negativa muy difícil de sostener en la filosofía seria actual, donde lo que se llama filosofía es (en el mejor de los casos) una materia universitaria que se enseña y se ubica en una jerarquía entre otras.

-Usted habla de la existencia de formas degradadas del "perfeccionismo" de Emerson, esa voluntad de cambiar uno, de volverse mejor. Muchas comedias traicionan ese espíritu, volviendo el cambio cosmético.

-Estoy de acuerdo. Sin embargo, no hay ninguna idea valiosa que no pueda degradarse. Lo que quiero decir cuando llamo la atención sobre la degradación es que casi nadie encuentra instancias de logros genuinos (no degradados) en, por ejemplo, el género de las comedias de segundos matrimonios. Por supuesto que mi tesis es la contraria; encuentro verdaderas transformaciones metafísicas en los personajes; un darse una segunda oportunidad que no es en absoluto banal. El propio Emerson fue ('es?) víctima de la falta de atención de los filósofos.

-'El desprecio de los intelectuales por el cine popular obedece a esa idea de "perfeccionismo al alcance de todos", con esa revaloración de la vida cotidiana?

-Espero que no sea verdad en el caso de los intelectuales estadounidenses, de los que cabría esperar que tuvieran conciencia de la traición a las aspiraciones democráticas. Me parece que, si ese "desprecio" es algo que comparten los intelectuales estadounidenses, se debe a cierto temor a que su credibilidad como intelectuales quede en tela de juicio si declaran su gusto por el cine. El intelectual no constituye aquí una jerarquía social reconocible más allá del "intelectual público", una persona que observa y hace comentarios sobre acontecimientos públicos actuales. Sin embargo, hay algo más y tiene que ver con la edad del arte cinematográfico, con el tiempo individual y social en el que se llega a adoptar una posición intelectual en relación con la más nueva de las artes. Dada mi avanzada edad, pude crecer con padres que veían dos películas de Hollywood por semana a partir de fines de los años 30, en la primera década del cine sonoro. Veinte años después, esas películas aún no se habían renovado con una generación más joven de directores, pero ya tenían que compartir su público, cuya atención también abarcaba la televisión y el cine contemporáneo francés, alemán, sueco y japonés. Cuando sentí que perdía mi viejo interés y mi convicción en el desarrollo del cine estadounidense, así como la fascinación por la inteligencia más explícita de las películas "extranjeras" y de la escritura sobre cine (James Agee, Pauline Kael, André Bazin, las reflexiones de cineastas como Godard y Truffaut) empecé a poner a prueba mi experiencia escribiendo un libro sobre películas y sobre cine. No tenía idea de cómo iba a ser semejante libro. Cuando empecé sólo sabía que iba a escribir sobre todo a partir de la memoria (sin Internet ni máquinas para volver a ver secuencias). Esas motivaciones y esos procesos de composición son algo que ya no está a nuestra disposición. La motivación que supongo permanece intacta es la de entender cómo un arte que aspira a la popularidad puede seguir teniendo instancias tan espléndidas de intensidad intelectual y artística. En EE.UU.hubo en un tiempo cierta posibilidad de intersección del jazz con el teatro de Broadway, asociado a los nombres de George e Ira Gershwin, Irving Berlin, Cole Porter, Rodgers y Hart. Kurt Weill dio un salto exitoso con su Opera de tres centavos. El jazz luego se volvió difícil de tocar y de entender; excedió los límites de lo popular.

-'Puede hablar sobre su eterna fascinación por Jane Austen?

-La fascinación puede ser eterna, pero no empezó muy temprano. Como en el caso de las comedias de enredo matrimonial que me llamaron tanto la atención, se debe a que ponen de manifiesto la igualdad de inteligencia e ingenio entre hombres y mujeres. Ambos expresan u ocultan su pasión de manera inteligente e ingeniosa, por lo cual reciben una educación moral recíproca, lo que nos hace alentar esperanzas. Eso se logra en un mundo que a menudo desconoce esas posibilidades, un mundo de injusticia, como suele pasar. En Mansfield Park esta idea de injusticia se sostiene explícita mente en la esclavitud extranjera.

-Pero si hay formas degradadas de filosofía, 'puede existir lo opuesto, como la creación de prácticas legítimas de refinamiento en literaturas que se consideran degradadas, como la literatura de autoayuda por ejemplo? 'Podría surgir una transformación del yo verdadera, un hacernos mejores, cada cual según sus posibilidades?

-Es posible que quienes desaprueban algunos de mis intereses, por ejemplo, en lo que yo llamo (y no sólo yo) perfeccionismo moral, consideren que algunos de sus principales representantes, a los que admiro (como Emerson, Thoreau, Matthew Arnold, John Ruskin, por no hablar de Nietzsche), son escritores de algo así como formas degradadas de filosofía. A veces me parece importante insistir en que lo que esos escritores producen en ocasiones es filosofía o en todo caso no tiene sentido diferenciarlo de la filosofía. Otras veces no me interesan esas discusiones. Como sostengo que lo que hago se basa en lo que entiendo que la filosofía hace o permite hacer, y como esos escritores forman parte de mi formación, no estoy dispuesto a negarles el título de verdaderos pensadores filosóficos.

-'Hay una esencia trágica del cine oculta aun en su forma más básica de entretenimiento?

-Si la hay, y creo que en ocasiones sugerí que la había, debe depender del hecho de que las figuras que lo habitan son mortales, o proyecciones de mortales, no destinados sólo a la muerte, sino–quién sabe– que es posible que pasado su momento, el momento de la filmación, nunca vuelvan a ser los mismos, como observa Henry James. Esa, supongo, es la razón fundamental por la que no puedo pensar la animación como parte del cine. No sé qué diferencia puede suponer eso a medida que nos habituemos a experimentar la digitalización y podamos discriminar.

-Dice que el descubrimiento intelectual y el logro artístico no se implican mutuamente. 'Podríamos estar ante una de las causas del divorcio entre cierta crítica y el público masivo?

-Un lugar importante en el que no hay tal divorcio entre la crítica (o lo que podría llamarse crítica) y el público es en la escritura estadounidense sobre deportes. Los que escriben sobre béisbol, basquetbol, etc. saben que escriben para un público que, en buena parte sabe por lo menos tanto sobre esos deportes como los propios críticos. La exactitud, incluso el aspecto técnico, y la pasión de esa escritura pueden hacerla muy placentera, por más que uno lo haga sólo ocasionalmente, como yo.

-'Cuáles son las obligaciones del crítico?

Hacer que su trabajo sea digno del mejor público que pueda imaginar.

-'Sigue pensando que el cine no creó un discurso digno de sí mismo?

Ahora soy muy selectivo en lo que leo y no me atrevería a generalizar. Confieso que siento cierta tentación de preocuparme cuando, al ver el valioso canal de películas clásicas de la TV norteamericana que programa verdaderos tesoros de la historia del cine, escucho que el conductor le da la bienvenida al público y cita un hecho aislado que suele no tener relevancia alguna para la película (por ejemplo, que en esa película un actor famoso hizo su primer papel, o que en un primer momento se había elegido a otro actor para el papel protagónico, o que otro estudio u otro director habían rechazado el guión, etc.). No niego que eso puede ser una forma de permitir que un público anónimo y disperso experimente un primer interés por lo que va a ver, pero si no se intenta "un discurso digno del cine" en esas ocasiones en que se presenta una buena copia de una película sin cortes ni interrupciones, 'entonces cuándo podemos esperar que eso ocurra?

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