viernes, 6 de mayo de 2011

Pensar el cuerpo para que pueda sentir...


jueves 5 de mayo de 2011
Segundo post del portugués Luís Fernandes* que traducimos para ustedes ya que consideramos de importancia sus palabras, pues describe lo que ocurre en casi todas las aulas en relación a la psicomotricidad y dinámica escolar.

Publicado el 25/01/2011 en su blog "Reflexoes de um psicomotricista".
Título original: "O Aniversariante que não entra na Festa" / "El cumpleañero que no entra en la fiesta".

En la actualidad, el frenético esfuerzo para simplificar la vida personal lleva a tomar curiosas decisiones, a pesar de su puntual utilidad, muchas cosas son infravaloradas y vistas como desechables. Se inventan maneras de pasarla solo, ir al gimnasio sin salir de casa, se practica una democracia sin votos, o mejor dicho, sin conciencia de su importancia. Un movimiento para reducir al mínimo los esfuerzos y las influencias, de los otros y de los contextos. De seguir así, un día se celebrará un cumpleaños sin el cumpleañero..., al igual que en la escuela, donde se enseña a "dejar el cuerpo" al otro lado de la puerta del aula.
A fuerza de negar, o fingir no ver la importancia de las experiencias corporales en el proceso de aprendizaje, se comienza a ser inconsistente y flojo frente a las evidencias científicas y descubrimientos realizados en la forma en que el cerebro integra y procesa la información del mundo exterior.
Las impresiones de letras, números, formas, colores y organizadores temporales y su comprensión, en la forma receptiva (la lectura de su significado) y expresiva (transmisión de la misma) comienzan en el cuerpo y en la experiencia con el entorno.
Así encontramos en los fundamentos básicos de alfabetización, algo que es muy anterior a cualquier experiencia que pueda tenerse con las piernas dobladas en 90 grados, la espalda recta y las nalgas apoyadas en una silla de escuela. Todo esto en un momento en la red neuronal se encuentra en el pico máximo de expansión de sus potencialidades, siendo que los niños pasan cerca de 245 días de clase, 1.715 horas sentados en sillas y 490 horas en actividades de educación física (en la mejor de las hipótesis).
António Damásio, neurocientífico portugués que desenvuelve su labor en el sur de California, dice que en la construcción de nuestro mundo, el cuerpo es la herramienta de mapeación y percepción del mismo, realizando este proceso de acuerdo con las capacidades neuronales desarrolladas y a las que el propio cuerpo contribuye en su desarrollo, en un sistema de retroalimentación complejo y en gran medida aún desconocido.
La progresión de las capacidades y apetencias en los procesos de aprendizaje no presenta una estructura lineal, sino un vector conductor y estratificante de las adquisiciones, identificando morfológicamente, fisiológicamente y a nivel funcional, estructuras que se desarrollan, en general, en primer lugar que otras, y en sistemas que afinan su desempeño a través de prerequisitos conferidos por los demás.
En un nivel práctico, se sabe que para la adquisición de destrezas escolares se requiere un conjunto de procesos minimamente desarrollados, que tornan al individuo capaz, o en mejores condiciones para aprender. Aspectos tales como la continuidad y la noción de integración, conservación de la tarea, las habilidades relacionadas a los diferentes tipos de atención, la noción de orden, organización, elemento y grupo..., tienen un papel preponderante en la adquisición de los conceptos escolares.
El Cuerpo es el canal principal de estas conquistas, desde los procesos de diferenciación e identificación personal en las líneas de continuidad y discontinuidad de la relación con los demás (sistema háptico como el mayor órgano del cuerpo somatosensorial del organismo); desde la capacidad de interiorización y reflexión de la acción en el espacio y en el tiempo, fundamentales para la representación de la tarea y para realizar una evaluación de la misma (esencial en la organización del espacio-tiempo, entre otras habilidades); pasando por la capacidad de pensar el cuerpo, en los planos pasados (efectos), presentes (aferencias) y anticipados (imágenes interiorizadas de pre-activación), en un cuerpo que alimenta al cerebro de nuevos paisajes sensoriales e imaginativos.
El sistema escolar insiste entonces en dejar de lado las vivencias corporales, como si no fuesen experiencias valiosísimas que contribuyen a los aprendizajes conceptuales, encasillando al principal vehículo del aprendizaje humano en una prisión sin sentido.
Mi intención es dejar un desafío apasionante para todos los docentes y técnicos involucrados en el proyecto, el reto de dejar al cumpleañero entrar en su fiesta, de ver más allá de los pupitres y los escritorios, de “pensar el cuerpo para que el cuerpo pueda sentir, sentir el cuerpo para que el cuerpo pueda pensar”.

* Técnico Superior de Rehabilitación Psicomotora en el Centro Doutor João dos Santos, Casa da Praia, Portugal.

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