lunes, 17 de enero de 2011

Por los fans, Hollywood debe hacer mejores filmes

Apunta a producciones de mayor nivel para pisar suelo más firme.

POR BROOKS BARNES - The New York Timesr


Cuando un comentario negativo en Twitter pareció destruir el filme de Sacha Baron Cohen "Brüno" en julio de 2009, los ejecutivos cinematográficos comenzaron a hablar en tonos solemnes sobre la capacidad que tienen las redes sociales de influir sobre el público. Se aproximaba el fin de la era en que se podía usar el marketing para engañar a los consumidores y llevarlos a ver películas malas.

Del tema se habló mucho, pero nada más.

En 2010, Hollywood en gran medida se aferró a lo ya trillado y probado: remakes aburridas como "Hombre lobo" y "Brigada A: los magníficos"; películas a la medida de sus protagonistas como "Asesinos" con Ashton Kutcher y "El turista" con Angelina Jolie y Jonny Depp; y secuelas como "Sex and the City 2".

Todas llegaron a los cines con un bombardeo de marketing destinado a llenar las salas sin importar la calidad de la película. Pero el público reaccionó. Estas películas, costosas pero mediocres produjeron resultados decepcionantes o directamente fueron un fiasco. Sí dieron sus frutos, en cambio, apuestas a conceptos originales como "El origen", un complicado thriller sobre invasores de sueños, que recaudó más de US$ 825 millones en ventas de entradas en el mundo entero.

"La red social" hasta el momento produjo US$ 192 millones, un resultado estelar para un drama erudito. Y "Despicable Me", una película animada, fue un éxito que sorprendió. De ahí que los estudios finalmente admitan que los espectadores, equipados con Facebook y otras herramientas de redes y preocupados por los precios de las entradas en alza, los están obligando a elevar el nivel.

Por supuesto, siempre hay excepciones. Y como demostró "El último maestro del aire", con US$ 319 millones de entradas vendidas, siempre hay lugar en el verano para una película de acción liviana.

De todos modos, el mensaje es lo bastante real como para llevar a los estudios a modificar sus estrategias operativas. Sony Pictures Entertainment, el estudio que realizó "La red social", está recurriendo a directores nuevos con sensibilidades más peculiares. Para relanzar su franquicia de "Spider-Man", por ejemplo, Sony contrató a Marc Webb, cuya única película anterior fue la comedia independiente "500 días con ella". El estudio también confió la nueva versión para la pantalla grande de "21 Jump Street" a Phil Lord y Chris Miller, cuya única película anterior fue el filme de animación "Lluvia de albóndigas".

"Lo original es bueno, y lo bueno es comercial", dijo Amy Pascal, copresidenta de Sony.

En Walt Disney Studios, que tradicionalmente no se ha preocupado mucho por el arte de los directores (al menos en sus películas de acción en vivo), un nuevo equipo ejecutivo incorporó a David Fincher, que dirigió "La red social" para trabajar en una adaptación de "20.000 leguas de viaje submarino". Guillermo del Toro, el autor de "El laberinto del fauno", está desarrollando una nueva película sobre la serie de la Mansión encantada de Disneylandia.

El modelo tomado por Disney es la adaptación artística que hizo Tim Burton de "Alicia en el país de las maravillas", que vendió entradas por US$ 1.020 millones en la primavera convirtiéndose en el estreno número dos del año. (La favorita de la crítica "Toy Story 3" tuvo una ventaja muy leve con US$ 1.060 millones; Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte I", quedó tercera con US$ 831 millones).

"En años anteriores, dijo Sean Bailey presidente de Disney en el área de producción, "la mayoría de las películas de acción en vivo parecían ser una cosa o la otra: comerciales o de calidad. Nuestra visión es justamente opuesta".

El futuro para 20th Century Fox tiene que ver en gran medida con James Cameron, que dirigirá dos secuelas de "Avatar". Pero Fox también busca material más original. Y está tratando de ser más creativo con su comercialización.

Toda esta cuestión relativa a la originalidad y la calidad constituye en parte una respuesta de los estudios al cierre en los últimos dos años de divisiones para cinemateca como Paramount Vantage y Miramax.

Los premios de la Academia dependían tanto de sus películas que de golpe se produjo un vacío que los grandes estudios tenían que llenar.

Sony está en la competencia por el Oscar con "La red social". Paramount tiene "The fighter" y "Temple de acero".

Este escape hacia los éxitos de taquilla con más clase también tiene que ver con la inseguridad: en caso de duda, huir a la calidad. Los estudios están teniendo dificultades para interpretar qué quiere el público.

La animación ya no es tan infalible como solía ser. Las estrellas no rinden. La estrategia de las secuelas parecería ser redituable todavía.

"Me parece que hay un peligro a largo plazo para el cine si la familiaridad se generaliza demasiado en las películas que hacemos", dijo Chris Meledandri, fundador de Illumination Entertainment para Universal Pictures. "La industria tiene una responsabilidad con su público y consigo misma de hacer películas que den a la gente un sentimiento de descubrimiento en el cine."

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